El Confidencial.- «Los judíos son nuestra desgracia» es una de las frases acuñadas por un historiador alemán del siglo XIX empleada por los seguidores de Adolf Hitler durante el Tercer Reich. El autor de estas palabras tiene su nombre en una de las calles de la capital, Berlín. Lo mismo ocurre con un funcionario del siglo XV que apoyó una purga contra la población semita en su región.
Estos son dos de las 290 denominaciones que hay en las calles o plazas berlinesas que se corresponden con personas con ideas contra la población judía. O eso señala un estudio al que hace alusión The Times of Israel. Samuel Salzborn, comisario para asuntos relacionados con el antisemitismo de la ciudad de Berlín, ha señalado en la presentación de la investigación que espera que este trabajo cree «una base sistemática para un importante debate social».
Esa discusión incluye cómo tener en cuenta el hecho de que el antisemitismo fue una opinión mayoritaria durante siglos en Alemania. Muchas personas que contribuyeron históricamente a la sociedad teutona habrían manifestado ideas antisemitas. El famoso teólogo alemán del siglo XVI Martín Lutero pidió la persecución y el destierro de los judíos.
Las palabras del autor
Sin embargo, en Berlín hay una Martinlutherstrasse (calle de Martín Lutero, en castellano). Incluso el pastor luterano Martin Niemöller, nacido en 1892 y muerto en 1984, que fue encarcelado con presos judíos por los nazis por oponerse a los segundos, reconoció en 1963 su antisemitismo y pidió perdón. Harold Marcuse, profesor de historia moderna de Alemania en la Universidad de California, escribió en 2003 que Niemöller «era ciertamente un antisemita racista».
Otras personas cuyos nombres figuran en las calles de Berlín, que tiene 4.000 vías en total, tienen un historial más claro. Otto Dibelius, un obispo que murió en 1967 y que antes del ascenso del nazismo había escrito sobre la «solución» al «problema judío», ‘cuenta’ con una vía en su honor. La propuesta de Dibelius consistía en frenar la llegada de judíos inmigrantes y esperar a que el número de esta población cayese en picado.
El autor del estudio, un politólogo llamado Felix Sassmannshausen, estima que el cambio de nombre podría ser apropiado en algunos casos. En otros, cree conveniente añadir una placa o algún otro distintivo de la historia antisemita de la persona detrás de la denominación de la calle.