El titular de Justicia, Heiko Maas, instó a todos los ciudadanos a no callar ante comentarios xenófobos, justo un día después de que 20.000 partidarios de Pegida exigieran el lunes «deportaciones inmediatas»
PATRICIA BEALO. LA VOZ DE GALICIA.- El 20 de octubre de 2014, cuando Pegida sacó su odio por primera vez a las calles de Dresde, los medios hablaban de un movimiento islamófobo. Hoy, en cambio, el discurso ha cambiado. Los políticos y la prensa de Alemania los califican como radicales de ultraderecha. El titular de Justicia, Heiko Maas, instó a todos los ciudadanos a no callar ante comentarios xenófobos, justo un día después de que 20.000 partidarios de Pegida exigieran el lunes «deportaciones inmediatas» coincidiendo con el primer cumpleaños de la organización.
El ministro de Interior, Thomas de Maizière, insistía en que es imposible prohibir Pegida. Pero al menos algo parece moverse en la justicia. La fiscalía de Dresde abrió ayer diligencias por un posible delito de incitación al odio contra el escritor turco-alemán Akif Pirinçci, quien defendió la idea de que los refugiados abandonen el país si no comparten los valores nacionales. «Habría otras alternativas, pero lamentablemente los campos de concentración ya no existen», añadió. Estas declaraciones no solo le han costado su contrato con la editorial Random House, sino que le granjearon abucheos por parte de los propios simpatizantes de Pegida.
El presidente del Parlamento europeo, Martin Schulz, advirtió de que se está gestando un «brutal extremismo de derecha» en Alemania. Desde principios de año, se han registrado hasta 1.450 delitos y agresiones con trasfondo ultraderechista, 490 de ellos ataques a centros de refugiados. Hace un año, la cifra de agresiones racistas «apenas» llegaba a las 200. Tanto es así, que el semanario Spiegel decidió bloquear los comentarios acerca de cualquier artículo relacionado con el tema refugiados, a la vista del alto contenido xenófobo. Ayer, el sensacionalista Bild inició una campaña para sacar los colores a aquellos que propagan el racismo en las redes sociales. El rotativo publicó 43 mensajes de Facebook y Twitter con la foto y el nombre de sus autores, junto al comentario. Por ejemplo, Klaus Schönthier asegura que «los musulmanes son peores que ratas».