Bader Bakali, el captador de Daesh que recogía cebollas

| 24 mayo, 2020

La Comisaría General de Información desmonta una cantera de adeptos de Daesh entre temporeros asentados en Ciudad Real

FERNANDO LÁZARO. EL MUNDO.- Se sabe que entró en 2017 en España de forma irregular. Pero hasta principios de 2019 no se le «toma la matrícula», no se da con la clave para localizarle y «monitorizarle». Entonces, actuaba de temporero, recogiendo cebollas, en la comarca de Ciudad Real.

Según explican fuentes de la lucha antiterrorista, Bader Bakali, detenido por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real), tenía ya una larga y prolija carrera en Marruecos vinculada con las tramas yihadistas.

Allí, este hombre de 37 años ya era muy conocido. Había sido detenido en varias ocasiones y se sabía que era un captador, un reclutador, un come cocos de Daesh. Buscaba, captaba y adoctrinaba. En Marruecos, algunos de los suyos llegó a formar parte de estructuras, «apenas les faltaban algunos pasos» para pasar a la acción y perpetrar atentados tanto en Marruecos como en Emiratos Arabes.

A Bolaños de Calatrava, población de algo más de 12.000 habitantes, había llegado a principios de 2019. Se alquiló una habitación en una vivienda compartida. Sus vecinos eran ciudadanos de países del norte de África y de Sudamérica que habían llegado a España y estaban trabajando de temporeros. Y ése era el oficio al que Bader Bakali se dedicó, a recoger de la tierra.

Pero a la vez que recogía, también cosechaba. Y en ese mundo de los temporeros intentaba captar adeptos para su revolución para Daesh. Y captó al menos a otros cuatro, que han sido detenidos también por la Policía en la denominada operación Rila.

CONOCIDO COMO ‘EL CEBOLLERO’

Para los agentes no fue una sorpresa ver el camuflaje que utilizaba de temporero, «recogiendo cebollas». Alguno le llegó a bautizar como «el cebollero». Como temporero recorría toda la comarca y participaba en la recogida de lo que tocara. Y entabló amistad y relaciones con muchos de los que allí se dedicaban a lo mismo.

Compartía la vivienda con otros ciudadanos, algunos de su nacionalidad, otros sudamericanos. Varios se encontraban en situación irregular, sin documentación que legalizara su residencia en España. Los agentes emitieron la documentación a Extranjería y se han iniciado los trámites para su expulsión.

Los especialistas contra el Daesh estuvieron monitorizando todos los movimientos físicos y por internet de Bakali hasta que vislumbraron un alto nivel de radicalización en sus postulados y decidieron actuar contra él.

El magistrado de la Audiencia NacionalIsmael Moreno ha decidido su ingreso en prisión. Junto a él fueron detenidos otros tres presuntos radicales, capitaneados por Bakali.

RECLUTABA ENTRE LOS TEMPOREROS

Según los investigadores, Bakali, que apenas pagaba un centenar de euros al mes por su habitación, convertida en su base de operaciones, reclutaba a sus adeptos entre los temporeros. Y empezaba a recoger lo sembrado durante meses.

Buscaba que no supieran siquiera escribir porque entendía que serían más fáciles de captar y adoctrinar y hacerse con un grupo de acólitos a los que adoctrinaba en el credo takfirí, la corriente más radical del yihadismo.

Para culminar sus actuaciones, la Policía ha contado con la colaboración clave y esencial de los agentes antiterroristas de Marruecos. Abu Bakali era un seguidor de Abu Muhammad al Adnani, quién, hasta su fallecimiento, fue el jefe de las operaciones exteriores de Daesh, su portavoz y, además, su máximo responsable en Siria.

Este líder llamó a sus fieles a matar a ciudadanos de los países que formaban parte de la coalición liderada por EE UU. Los seguidores de Bakali se autodenominaban como los soldados invisibles de Daesh. Aceptaban que debían estar en perfecta forma física y rezar de manera continuada.

ODIO HACIA LAS COSTUMBRES OCCIDENTALES

El responsable celebraba reuniones de adoctrinamiento en su domicilio y llegó a acudir con sus seguidores a fiestas de localidades cercanas, donde criticaban con extrema violencia verbal las costumbres occidentales, mostrando odio hacia las personas que participaban.

El líder detenido había incrementado en los últimos tiempos de manera progresiva el consumo de vídeos de martirio y de ejecución de atentados en Europa, como el perpetrado contra el semanario francés Charlie Hebdo.

Además, en las últimas semanas había comunicado a su círculo más cercano su desesperación porque no le gustaba su estilo de vida y advertía de que tenía un plan para revertir su situación.

Recientemente, de manera directa, había verbalizado su odio contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y había mostrado su deseo de atacarles mientras realizaban sus funciones.

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