El Observatorio madrileño contabiliza 287 episodios de este tipo durante el año 2017
DANIEL MARTÍN. EL MUNDO.- Los incidentes de odio contra la población LGTBI aumentan en la Comunidad de Madrid. Así se desprende de los últimos datos provisionales del Observatorio Madrileño contra la LGTBIfobia, que ha contabilizado hasta 287 episodios de esta naturaleza producidos a lo largo de 2017 en la región hacia personas lesbianas, gais, transexuales o bisexuales. Estos suponen 47 más que los 240 registrados el año pasado, cuando se realizó el primer informe anual sobre esta temática.
«Aún es pronto para dilucidar si este aumento es debido a que se han producido más agresiones o a que se han interpuesto más denuncias. Pero lo que tenemos claro es que no ha retrocedido ni un milímetro la homofobia que vemos por las calles», considera Rubén López, miembro de la ejecutiva de Arcópoli, la asociación que coordina el Observatorio Madrileño contra la LGTBIfobia.
A falta de que se publique el informe de este año con más datos actualizados, el del año pasado ya dejaba ver cuáles son las dinámicas de odio que sufre el colectivo LGTBI en Madrid. De los 240 incidentes producidos en 2016, 59 de ellos fueron agresiones físicas -seis de ellas muy graves-. Las agresiones verbales, con 77 casos registrados, fueron los incidentes más repetidos, seguidos de las amenazas -31 registros-, los discursos de odio -25- y los episodios de acoso -20 contabilizados-.
Dentro de los LTGBI, el segmento que más sufre esta persecución es el de los gais, los varones homosexuales. El año pasado, de los 240 episodios registrados, 224 recayeron sobre ellos. Las mujeres lesbianas, con 42 casos, superan por poco los incidentes de odio sufridos por los transexuales. Éstos últimos registraron 40 casos, 34 denunciados por mujeres, frente a los seis referidos por hombres.
El perfil prototípico del agresor es el de un varón, presumiblemente heterosexual y menor de 30 años que no presenta ningún indicador que haga suponer su pertenencia a un «grupo criminal organizado con rasgos LGTBIfobos», como pudieran ser algunos colectivos neonazis o de la extrema derecha.
A lo largo del último curso, se han realizado nuevas campañas de concienciación y se han renovado otras ya existentes. Sin embargo, estas acciones fóbicas se siguen sucediendo y además al alza. Para el portavoz de Arcópoli, una de las claves es que «todavía se necesita una mayor implicación de las autoridades».
«El gran avance que hemos visto sobre todo es en algunas policías como las de Madrid, Ciempozuelos o Alcobendas, que están dando formación a sus agentes y están ofreciendo una atención integral a los delitos de odio. Cuando atendemos a una víctima, tenemos la confianza de que al acudir con ellas a una comisaria tendremos un buen trato», indica López.
En este sentido, destacan iniciativas como la pionera Unidad de Gestión de la Diversidad de la Policía Municipal de Madrid, puesta en marcha a mediados de 2016 y la primera de estas características en España, con 33 agentes dedicados exclusivamente a la lucha contra los delitos de odio. El noviembre pasado ya habían realizado 248 actuaciones a lo largo del año.
Pese a estas mejoras, la idea de impunidad sobre los agresores, sobrevuela en el ambiente. «Sigue habiendo una sensación de que no sirve para nada denunciar.Eso lo vamos viendo en muchísimas de las víctimas. El porcentaje de denuncias presentadas no ha subido tanto y si lo ha hecho ha sido quizás por la mayor confianza con la Policía, pero la gente cree que no sirve para nada, que no se va a pillar al agresor», reconoce el portavoz de Arcópoli.
López también asegura que a veces las víctimas les cuentan sus testimonios simplemente para dejar constancia, «por su dolor», pero que esto no se traduce después en una denuncia ante las autoridades. «No quieren ningún trámite legal», concluye.