ADRIÁ CALATAYUD. EFE.- La detención de un supremacista que fue miembro del Ku Klux Klan (KKK) como autor de los ataques cometidos este domingo contra dos centros judíos de Kansas City (Kansas), en los que murieron tres personas, ha reavivado la sombra de la violencia racista en el país.
Frazier Glenn Miller, un hombre de 73 años de Aurora (Misuri) con un largo historial de racismo y antisemitismo, fue arrestado poco después de los ataques armados y las autoridades que llevan la investigación confirmaron hoy en una rueda de prensa que se trató de un «crimen de odio».
A Miller, que cuando fue detenido utilizaba el nombre de Frazier Glenn Cross, se le acusa del asesinato de tres personas con el agravante de motivación antisemita, aunque el fiscal Barry Grissom dijo que aún no se ha decidido qué cargos se presentarán contra él.
El detenido abrió fuego y mató un adolescente de 14 años y a su abuelo, de 69, en un centro comunitario judío donde había unas setenta personas, en su mayoría niños que se preparaban para participar en un concurso de baile.
A continuación, se dirigió a una residencia para la tercera edad de religión judía, donde asesinó a una tercera víctima, una mujer de 53 años, y poco después fue detenido y trasladado a la prisión del condado de Johnson.
«Ayer dijimos que necesitábamos confirmación, pero hoy ya podemos confirmar que creemos que se trata de un crimen de odio», explicó el jefe de policía de Overland Park, John Douglass, en rueda de prensa.
Douglass insistió en que esta acusación «es más que una opinión, es un estatus legal», y que se basa en «declaraciones» del detenido que no detalló porque forman parte de una investigación aún en curso.
Miller fue grabado por las cámaras de las televisiones locales gritando «Heil Hitler» cuando se lo llevaban los policías para ser encarcelado.
Tras conocerse la identidad del arrestado, el Southern Poverty Law Center (SPLC), una organización que investiga a grupos racistas, divulgó los antecedentes racistas y antisemitas de Miller.
Veterano de la guerra de Vietnam, Miller fundó y fue «Gran Dragón» de la organización paramilitar asociada al KKK «Carolina Knights» («Caballeros de Carolina»), uno de los primeros grupos en usar tácticas paramilitares para intimidar a afroamericanos en Estados Unidos, según el SPLC.
Además, ya estuvo encarcelado tres años a finales de la década de 1980 por posesión ilegal de armas y por conspirar para asesinar al fundador del SPLC.
A su salida de prisión, Miller trató en repetidas ocasiones de ser elegido para cargos públicos -en 2010 fue candidato al Senado-, siguió vinculado a grupos racistas y colaboró y financió diferentes publicaciones antisemitas desde las que llamó a «exterminar a los judíos».
Aunque estaban en instalaciones judías, ninguno de los tres asesinados este domingo era seguidor de esta religión: dos de ellos (el abuelo y su nieto) eran cristianos metodistas y la tercera era católica, informaron hoy las autoridades.
El agente especial a cargo de la oficina de Kansas del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Michael Kaste, indicó en rueda de prensa que el hecho de que los fallecidos no fueran judíos no cambia que la intención de Miller era matar por su odio religioso.