Las imágenes difundidas desmontan la teoría de que el agente fue herido por «fuego amigo».
EFE. 20 MINUTOS.- Fuentes policiales han difundido este viernes la imagen del estado en el que quedó el casco del agente antidisturbios Iván A., gravemente herido durante las protestas violentas en Barcelona el pasado viernes 18 de octubre tras la sentencia del procés.
Desde un primer momento, la Policía ha defendido que su agente fue víctima del lanzamiento de un objeto pesado. Y así lo recoge también el auto dictado el pasado domingo por el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, que ordenó prisión provisional comunicada y sin fianza para uno de los jóvenes participantes en las protestas por delito de atentado y desórdenes públicos.
Qué revelan las marcas del casco
Los cascos utilizados por los antidisturbios están fabricados con fibra de aramida, un material ligero que absorbe fuertes impactos, y de hecho están preparados para soportar disparos de armas de fuego (cortas del calibre 22 y revólver del calibre 38) a cinco metros de distancia, conforme a los requisitos del pliego de prescripciones técnicas que establece la Dirección General de la Policía para la adquisición de este equipamiento.
Según expertos en operativos policiales antidisturbios, sería imposible que una pelota de goma, incluso lanzada a muy corta distancia, le hubiera provocado una herida grave en la cabeza. Esto desmonta la teoría que se ha viralizado en los últimos días, y que sostiene que fue víctima del «fuego amigo».
Según fuentes policiales, uno de los agentes que acompañaban en aquel momento al policía herido indica que no fue en la parte posterior del casco donde recibió el impacto y describe el objeto arrojado por los agresores como «un adoquín de ladrillo macizo», que «se partió con el golpe». El agente sangraba abundantemente y perdió el conocimiento.
Este relato coincide con el diagnóstico del perito en balística forense Iñaki Piqueres, que descarta «de forma categórica» que el impacto fuese producido por una pelota de goma, tras analizar los desperfectos provocados en la superficie del casco del policía herido, según fotografías a las que ha accedido la agencia EFE.
Para Piqueres, lo más probable es que el golpe fuera causado por un «adoquín o ladrillo lanzado en vertical», seguramente «impulsado» y no simplemente «dejado caer».
Así lo revela el análisis de la gran marca cuadrangular y otras señales del impacto visibles sobre el casco, provocadas por un objeto «de morfología poco roma, sin llegar a ser puntiaguda», lo que «es compatible con un adoquín, ladrillo, e incluso, por ejemplo, un rodamiento lanzado a velocidad alta y/o altura elevada», precisa.
El perito añade que «el impacto de llevó a cabo con una angulosidad aproximada de 30 grados por la parte derecha del agente».
Los policías estaban parapetados junto a un edificio emblemático de la ciudad, el rascacielos Urquinaona, enclavado en la confluencia de las calles Trafalgar y Jonqueres y que alberga oficinas y viviendas (a partir de la planta sexta), según el Ayuntamiento de Barcelona.
Además, frente a mensajes que aseguran en Twitter que solo las escopetas para pelotas de goma podrían haber causado los daños descritos, Piqueres insiste en que la fuerza de penetración de este tipo de arma es «tremendamente inferior» a la de las armas de fuego para las que están preparados los cascos antibalas, por la densidad del proyectil (goma contra metal), su velocidad y, sobre todo, porque su punta es redonda y no puede perforar.
«El impacto del casco, aunque debería analizarse in situ, no corresponde con el calibre ni comportamiento de un proyectil con las características (forma y densidad) de una pelota de goma, que tiende a adaptar su forma al objetivo (por forma y material)», describe el experto, quien mantiene que una pelota de goma, a falta de un análisis pericial exhaustivo, «tendría una respuesta que no sería coincidente con lo que muestran los datos».
El agente sigue en la UCI
El estado del policía nacional, ingresado desde entonces en el hospital de Sant Pau de Barcelona, ha pasado de muy grave a grave, aunque sigue en la unidad de cuidados intensivos (UCI) de este centro.
Otro de los heridos en un ojo que también ha sido atendido varios días en Sant Pau ha recibido este viernes el alta hospitalaria, por lo que en este centro quedan ahora ingresadas otras dos personas por lesiones oculares, ambas con pronóstico menos grave.
También sigue ingresada una chica en estado grave en el Hospital de la Vall d’Hebron de Barcelona, y otra persona menos grave en el Hospital Josep Trueta, de Girona, debido a las heridas que recibieron durante las protestas por la sentencia del «procés», ha informado el departamento de Salud de la Generalitat.