El Mundo.- La activista trans Thalía Rodríguez fue acribillada a balazos en su casa en Tegucigalpa. Dos días antes, cuatro hombres armados acorralaron y mataron al líder indígena Pablo Isabel Hernández en Lempira.
La activista hondureña y mujer trans Thalía Rodríguez fue asesinada a balazos este lunes en un barrio de Tegucigalpa, la capital de Honduras, donde 402 personas de la comunidad LGTBI han muerto de manera violenta desde 2009.
El crimen de Rodríguez, de 58 años, fue denunciado por la organización hondureña LGBTIQ «Cattrachas» en Twitter. «Exigimos justicia por el terrible asesinato de Thalía Rodríguez, activista trans en Honduras. Hoy 10 de enero de 2022, Thalía Rodríguez, mujer trans y activista a favor de los derechos LGBTI, fue asesinada en su casa ubicada en el cerro Juana Laínez, en Tegucigalpa», señaló. Un hombre que estaba en la casa de Rodríguez en el momento del ataque resultó herido de bala y fue trasladado a un hospital de la capital hondureña.
La organización indicó que hasta ahora se desconoce «el actor material e intelectual de los hechos», y recordó que la víctima era una «mujer trans que dedicó más de 20 años a la defensa de los derechos humanos» en Honduras.
«Recientemente había señalado que la condena al Estado de Honduras por el asesinato de Vicky Hernández era un avance para las mujeres trans y que habían esperado más de 20 años por el reconocimiento de la identidad de género en documentos oficiales», añadió en otro mensaje. Cattrachas apuntó que Rodríguez estaba «luchando por una Honduras sin discriminación contra las personas LGBTI y personas que viven con VIH». Denunció además que desde 2009 han sido asesinados en el país centroamericano «402 personas LGBTI», según cifras del observatorio TMIS de la Red Lésbica Cattrachas.
Los asesinatos de personas LGBTI «no son investigados por las autoridades y como consecuencia la mayoría de los casos quedan en total impunidad», añadió. «Honduras es un país hostil y peligroso para las personas LGBTI y el Gobierno no ha hecho lo suficiente para enfrentar esta realidad», destacó la organización.Cattrachas exigió al Ministerio Público que «investigue los hechos y haga todos los esfuerzos necesarios por definir la responsabilidad penal de quienes cometieron el crimen. El asesinato de Thalía Rodríguez no puede quedar impune».
Solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que «le pida al Estado de Honduras investigar y sancionar a los responsables del asesinato» de la activista.
OTRO LÍDER INDÍGENA ASESINADO
La muerte de Rodríguez tuvo lugar sólo dos días después del asesinato a tiros del líder indígena Pablo Isabel Hernández el domingo en el departamento de Lempira, en el occidente de Honduras, denunció el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en el país (COFADEH).
El asesinato ocurrió en el municipio de San Marcos de Caiquín cuando hombres armados interceptaron al también director de la radio comunitaria Tenán y le dispararon, señaló la coordinadora del Cofadeh, Bertha Oliva.
«Hemos sido sorprendidos con el asesinato de Pablo Hernández, un defensor de derechos humanos, del ambiente y de los intereses de la comunidad Lenca, y un comprometido líder local y nacional», subrayó. Agregó que Hernández impulsó e integró la Red de Defensores de Derechos Humanos del Cofadeh y actualmente formaba parte de la Red Nacional de la ONG de familiares de hondureños desaparecidos.
El indígena había denunciado repetidamente que era objeto de «persecución, amenazas de estigma y de odio» por parte de la autoridad del municipio de San Marcos de Caiquín, señaló Oliva. La última denuncia de Hernández se reportó el 16 de marzo de 2021 por defender los derechos humanos, el agua y la tierra, comentó Oliva, quien dijo que el Cofadeh ha comenzado a verificar si la acusación fue formalizada ante el Ministerio Público.
Hernández también era un líder religioso de su comunidad, ambientalista «por convicción», e impulsaba una universidad indígena y de los pueblos. «Estamos preocupados por el asesinato y en la forma en la que lo asesinaron», añadió Oliva, quien exigió a las autoridades hondureñas esclarecer el crimen y castigar a los responsables. Presidía la Red de Agroecólogos de la Biosfera Cacique Lempira Señor de Las Montañas y era indígena lenca, la misma etnia a la que pertenecía la hondureña Berta Cáceres, galardonada por su labor ambientalista y asesinada a tiros en 2016 tras años de lucha contra megaproyectos que amenazaban con desplazar a pueblos originarios. Honduras es un país considerado como uno de los más peligrosos para los defensores del medioambiente, derechos humanos y de la tierra, según informes de Amnistía Internacional y de la ONG Global Witness.