Los agentes han regresado ya a sus puestos tras recuperar la placa y el arma
F. JAVIER BARROSO. EL PAÍS.– Los tres policías municipales que fueron suspendidos de empleo y sueldo por verter expresiones en un grupo de WhatsApp contra la exalcaldesa Manuela Carmena han regresado a sus puestos de trabajo. Los expedientes sancionadores abiertos contra ellos por la supuesta comisión de faltas graves y muy graves han sido archivados por parte de la dirección del cuerpo, después de que el instructor de los expedientes no hallara motivo de sanción.
Los agentes fueron apartados del cuerpo en noviembre de 2017, cuando se publicó parte del contenido de un chat privado llamado Diez años y turno de noche. Lo integraban unos 200 funcionarios destinados al servicio de noche. En él se vertían acusaciones y amenazas muy graves contra la exalcaldesa, a la que calificaban de “vejestorio despreciable” o a la que deseaban la muerte: “Lo que es terrible es que ella no estuviera en el despacho de Atocha cuando mataron a sus compañeros” o “que se muera la zorra vieja ya”. También se alababa a Adolf Hitler o se pedía dar muerte a “moros”.
Un policía denominado Ronin 47 denunció los hechos y se inició un procedimiento penal, que tras dos años y medio de instrucción quedó archivado. De forma paralela, el Ayuntamiento abrió expedientes sancionadores a los agentes. Una vez concluido el proceso judicial, la Unidad de Gestión Disciplinaria los reactivó. El instructor del caso concluyó que se debía archivar el procedimiento a la vista de lo resuelto por los jueces de la plaza de Castilla y de la Audiencia Provincial. Se trataba de comunicaciones internas en un grupo de WhatsApp de agentes que carecían de difusión pública, por lo que no cabía apreciar los delitos de incitación al odio, de injurias y de amenazas.
El informe final del instructor estaba ya listo antes de que entraran los nuevos responsables policiales, según un portavoz del equipo de gobierno. Tan solo quedaba que lo firmara el nuevo director del cuerpo, Pablo Enrique Rodríguez. “De no haberlo hecho o haber intentado que se reabriera, el director podría haber incurrido en prevaricación”, recuerda el portavoz.
Los agentes regresaron a sus puestos tras el archivo judicial del caso. Al concluir el expediente disciplinario, han recuperado la placa y el arma, por lo que pueden prestar un servicio similar al de cualquier otro agente.