EFE. LISTIN DIARIO.– La lectura de la sentencia contra el autor del ataque supremacista del año pasado contra dos mezquitas en Nueva Zelanda, que se saldó con 51 muertos, fue aplazada hasta el 13 de julio por razones derivadas de la pandemia de COVID-19, informaron hoy fuentes judiciales.
El australiano Brenton Tarrant, quien se declaró culpable el 26 de marzo último, antes de iniciarse un proceso en su contra en el Tribunal Superior neozelandés, de los atentados del 15 de marzo de 2019 en la ciudad de Christchurch, iba a conocer inicialmente su sentencia el 2 de junio.
Pero el juez Cameron Mander indicó en un documento judicial obtenido por Efe que si bien el relajamiento de las restricciones sociales impulsadas por la pandemia en Nueva Zelanda permite la asistencia a la vista condenatoria de la gran mayoría de las víctimas y familiares de estas que residen en el país, aún presenta dificultades a las que se encuentran en el extranjero.
«La pandemia global y la imposición de controles de fronteras y requisitos de cuarentena siguen impactando severamente en los desplazamientos internacionales y la capacidad de aquellos que se encuentran fuera de Nueva Zelanda», comentó el juez del Tribunal Superior.
Al justificar el aplazamiento, el juez Mander indicó que actualmente se están haciendo las averiguaciones sobre la situación de cada uno de los familiares de las víctimas para determinar si desean viajar a Nueva Zelanda o presenciar la lectura de la sentencia de forma virtual.
Tarrant, confinado en una cárcel de alta seguridad en Auckland, afronta la cadena perpetua por 51 cargos de asesinato, 40 de tentativa de asesinato y uno por terrorismo a consecuencia del ataque contra civiles que habían acudido a las mezquitas de Al-Noor y Linwood para su tradicional oración de los viernes.
El australiano de 29 años, quien retransmitió parte de los ataques en las redes sociales y publicó su ideario supremacista, es la primera persona acusada por terrorismo desde que Nueva Zelanda implementó la Ley de Supresión de Terrorismo tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Desde el ataque en Christchurch, el Gobierno de Nueva Zelanda adoptó varias medidas como una reforma a la tenencia de armas semiautomáticas e impulsó a nivel mundial regulaciones a las redes sociales para evitar la propagación de mensajes de odio, al tiempo que creó una comisión especial para investigar los hechos.