ABC.- «No a la asimilación de la Selección española», puede leerse en una pancarta colgada en la Basílica de la Purísima Concepción de Elorrio (Vizcaya). El pueblo natal de la madre de Mikel Oyarzabal, que ayer dio a España el triunfo en la final de la Eurocopa con un gol en los últimos minutos, amaneció el sábado con pintadas contra él y el equipo nacional.
Bajo del cartel, que muestra una ikurriña junto a una bandera de España tachada, pueden verse pintadas contra Oyarzabal, delantero de la Real Sociedad, y Mikel Merino. Este último, centrocampista también del conjunto donostiarra dio el pase a la selección a las semifinales con un gol en la prórroga contra Alemania. Los vándalos les acusan de «traidores» y junto a sus nombres han dibujado una esvástica e insultos. «Puta España y puta selección», puede leerse.
Ya han pasado tres días desde que aparecieran los mensajes, ubicados justo en frente del Ayuntamiento del municipio, gobernado por EH Bildu, quien ganó las últimas elecciones municipales del 28M allí. A su lado, puede verse otra pancarta sobre un torneo de fútbol organizado por Gaztetxe de Elorrio, una asociación juvenil de la izquierda aberzale.
En cuanto a la pintada que señala directamente a Oyarzabal, todavía se desconoce a los autores de la misma. Ya existe una denuncia, sin embargo, en la Policía local de la localidad sobre los hechos. Así lo ha anunciado el portavoz del PP de Durango y vicesecretario en el País Vasco, Carlos García, encargado de interponerla, en sus redes sociales.
Oyarzabal está dentro de la delegación de seis jugadores que actualmente juegan en equipos vascos y que se han sumado a la expedición española en Alemania. Teniendo, además, actuaciones determinantes durante todo el torneo. A los dos goles anteriormente citados se suma el de Nico Williams, jugador del Athletic de Bilbao, en la final. También la entrada del guipuzcoano, Martín Zubimendi, en sustitución de Rodri en la media parte o la seguridad del vitoriano Unai Simón en la portería.
Pese a todo, los héroes de la roja han vuelto a ser señalados por los elementos más radicales del nacionalismo vasco. «Euskadi no está vacunada» contra el odio, advertía la nueva Consejera de Justicia, María Jesús San José, hace una semana, en su primer acto público, donde ponía esta lacra en el centro de su agenda. El tiempo y el triunfo de España le ha dado la razón. De hecho, no es la primera manifestación en contra de la Selección que se ha visto estos días en el norte de España. El mismo domingo, durante la última corrida de San Fermín en Pamplona, una parte del público desplegó dos pancartas donde podían leerse los mismos mensajes, ‘Puta Selección’ y ‘Puta España’, a la vez que decenas de ikurriñas podían verse en el recinto.
Desde la política
Incluso desde las propias instituciones, en concreto por parte de los partidos soberanistas vascos, se ha señalado al grupo liderado por Luis de la Fuente. El primero en hacerlo, Pello Ochandiano. El portavoz de EH Bildu y candidato en las pasadas elecciones del 21-A, publicó un mensaje en sus redes sociales un día antes del partido reclamando una selección propia para el País Vasco.
Una línea que ha seguido este lunes Arnaldo Otegi, coordinador general del partido aberzale y condenado por secuestro en su tiempo como miembro de ETA. «No es mi selección, no es mi rey y no es mi himno», ha dicho hoy en una entrevista para justificar que no vio el partido. También que «nunca» se alegraría de una victoria del equipo español, tras comentar la falta de orgullo que le produce la presencia de vascos en sus filas, al entender que se trata de una imposición para no dejarles jugar con una selección propia.
Pese a todo, como en el resto de España, la mayor parte de la sociedad ha conectado con la Selección. Durante el mes que ha durado la Eurocopa, en la que el equipo nacional ha ganado todos sus partidos desplegando un juego que hacía tiempo que no se veía, los bares y terrazas se han llenado en grandes ciudades como Vitoria y Bilbao para verlos. Ayer en zonas de la capital vizcaína como Barakaldo, grupos de personas se reunieron con banderas de España para seguirlo en pantallas gigantes.
