El clima de crispación, intensificado a raíz del proceso en Cataluña, se está traduciendo más allá de en un debate de palabras gruesas.
ÓSCAR ALLENDE. EL FARADIO.- La sede de Podemos en Santander, conocida como La Moraduca y ubicada en la calle Isaac Peral, ha aparecido con insultos esta mañana, en un día en el que, paradójicamente, se conmemora el Día Mundial de la Paz.
Expresiones como “Rojos no”, “Enemigos de España fuera, no dentro” pintadas a la entrada de este espacio, que además de la actividad propia del partido acoge otros actos de un carácter más abierto que no se dirigen estrictamente a militantes, como charlas, proyecciones, conciertos o exposiciones de artistas cántabros (esta misma tarde hay una charla sobre urbanismo y el sábado unas jornadas sobre economía alternativa).
Podemos Cantabria ha recordado que miembros de su partido asistieron ayer a la convocatoria de concentración de rechazo ante las medidas del PP en respuesta al proceso en Cataluña. La formación morada ‘replica’ a las pintadas que “los enemigos de España son aquellos que utilizan el conflicto para intereses partidistas y que han saqueado y expoliado al pueblo trabajador y valiente”.
La responsable del partido en Santander, Lydia Alegría, ha asegurado que “frente al fomento del odio, seguiremos trabajando sin miedo”, y entrevistada en EL FARADIO DE LA MAÑANA condenaba ataques como el suyo o los mensajes aparecidos en el negocio de la familia de Albert Rivera, también ayer.
Además, han mostrado su apoyo partidos como Izquierda Unida Cantabria, el PRC, Santander Sí Puede, UPYD, el secretario general del PSOE cántabro, Pablo Zuloaga; o la vicepresidenta cántabra, Eva Díaz Tezanos, al igual que colectivos como La Vorágine, que han advertido de que “si nos tocan a uno, nos tocan a todos”.
No es la única acción similar por motivos ideológicos reciente en Cantabria: hace pocas semanas, la librería La Vorágine se encontró con pegatinas con insultos como “Robagallinas” o “Buenista, asesino de mi pueblo”, que se mueven en círculos de ultraderecha.
Las pegatinas aparecieron además el día que este espacio de cultura crítica acogía una asamblea de activistas y colectivos que luchan contra el racismo y la xenofobia, que preparaban acciones en respuesta a la manifestación que había convocado una asociación que defiende la “prioridad nacional”, es decir, la discriminación de los inmigrantes en el acceso a los servicios públicos.
Esta situación hizo recordar los ataques, más violentos, que en los inicios de la transición, recibía la librería del periodista y escritor José Ramón Sáiz Viadero.
Entre las reacciones de apoyo a La Vorágine por parte de usuarios, ciudadanos o partidos estuvo la de la patronal cántabra, reacción que fue criticada por la asociación Alfonso I.
Y fueron acompañados de un incidente que sufrieron jóvenes que pegaban carteles difundiendo la manifestación convocada en defensa de la diversidad y la integración, que relataron la reacción al verles integrantes del colectivo que convocaba los actos cuyo carácter xenófobo y racista han denunciado múltiples colectivos.
Estos son los ataques más recientes por motivo de ideología o diferencias políticas: hace meses aparecieron pintadas en la sede del PP de Colindres, y en la época de la guerra de Irak la sede del PP de Torrelavega fue apedreada, justo en vísperas de la noche electoral de las municipales de 2003.
DELITOS DE ODIO
El último informe del Ministerio del Interior sobre delitos de odio recogió un caso de odio por ideología en Cantabria en 2016 (cifra igual que la del año precedente).
Lo hace dentro de su repaso anual, que detallaba 17 casos (el doble que el año anterior, siendo la tercera comunidad con más casos).
La mayoría fueron contra discapacitados (cinco casos), por motivos de racismo o xenofobia (cinco casos) o por orientación sexual (tres) y discriminación de género (otros tres), sin que se abriera ninguna investigación al respecto..
Expertos y policía advierten de que el 90% de los delitos de odio se quedan sin denunciar.