Dos organismos contratarán a 600 trabajadores que se dedicarán en exclusiva a combatir el fenómeno
ENRIQUE MÜLLER. EL PAÍS.- El Gobierno alemán ha dado a conocer este martes nuevas medidas destinadas a combatir un nuevo peligro que acecha a la sociedad germana: la violencia vinculada a la ultraderecha, un fenómeno que se ha cobrado tres vidas este año y que tiene en estado de alerta a las autoridades. En una rueda de prensa realizada en Berlín, el ministro del Interior, Horst Seehofer, ha anunciado que las medidas incluyen un importante aumento de personal y la reorganización de los organismos en la lucha contra el extremismo de ultraderecha.
Según Seehofer, la Oficina Federal de Investigación criminal (BKA) y la Oficina Federal de Protección de la Constitución (BfV) recibirán cada una 300 trabajadores adicionales que estarán dedicados específicamente a la lucha contra la violencia vinculada a la extrema derecha. “La mitad de las lesiones corporales por motivos políticos son causadas por extremistas de derecha”, ha dicho el ministro, al referirse al nuevo peligro que acecha a la sociedad germana. «Hay un rastro de sangre dejado por la ultraderecha que va desde los crímenes de la NSU [grupo Clandestinidad Nacionalsocialista], pasa por la matanza de Múnich, sigue con el asesinato de [el político] Walter Lübcke y desemboca en el ataque a la sinagoga de Halle”, ha añadido.
Peor aún, el ministro ha admitido que los organismos de seguridad estiman que en el país viven al menos unas 12.000 personas que están potencialmente preparadas para usar la violencia. Seehofer también ha señalado que las autoridades han decidido poner bajo observación a varios nuevos grupos de la llamada “nueva derecha”, como el Movimiento Identitario, las juventudes del partido Alternativa para Alemania (AfD) y Flügel (El Ala) una corriente ultra también del partido AfD.
El NSU, una mini célula neonazi integrada por tres personas, mató a una decena de personas de origen extranjero en diversos lugares de Alemania y a una agente de la policía. La matanza de Múnich fue perpetrada en 2016 por David Sonboly, de origen turco, que asesinó de nueve personas y luego se suicidó. El joven era admirador del neonazi noruego Anders Breivik.
“Solo se puede liderar una lucha efectiva, notoria y exitosa contra el extremismo de derecha por parte de las autoridades si aumentamos significativamente su personal”, ha dicho el ministro, que ha estado acompañado en la rueda de prensa por el presidente de la BfV, Thomas Haldenwang, y de la BKA, Holger Munch. Pero Seehofer, en un momento de autocrítica, ha admitido que las medidas anunciadas este martes llegan un poco tarde.
El organismo dirigido por Haldenwang también está diseñando los mecanismos para darle vida a la llamada “oficina central para los extremistas de derecha en la Administración pública”, que contará con la participación activa de los länder, las autoridades federales y el Ejército, que aportarán información.