EFE.- Siete hombres y una mujer, entre 19 y 39 años, se sentaron hoy en el banquillo de la Audiencia de Dresde (este de Alemania) acusados de intento de asesinato y de formar un grupo terrorista de extrema derecha, autor de cinco ataques contra albergues de refugiados y políticos de izquierdas.
Considerado uno de los más grandes procesos de este tipo en el país, el juicio comenzó en un recinto de alta seguridad dentro de un centro de refugiados que se encuentra todavía en construcción, donde hay vistas programadas hasta el mes de septiembre.
La Fiscalía federal acusa a las ocho personas de crear el «grupo Freital», una organización terrorista de ultraderecha liderada por Timo S., de 28 años, y Patrick F., de 25, un conductor de autobús y un repartidor de pizza que se conocieron en 2015 en una concentración ante un hotel de la localidad de Freital en el que iban a ser acogidos refugiados.
El grupo, según su relato, tenía como objetivo organizar ataques contra albergues de solicitantes de asilo y contra casas, oficinas y vehículos de políticos para «crear un clima de miedo y represión».
Compraron en la República Checa material pirotécnico, no permitido en Alemania, y comenzaron con la fabricación de bombas caseras.
Su primer objetivo, en julio de 2015, fue un político del partido de La Izquierda de Freital, en cuyo coche colocaron un artefacto explosivo que causó grandes daños en el vehículo, pero no dejó heridos.
En septiembre, el grupo detonó otro explosivo frente a la ventana de la cocina de un albergue de refugiados, cuyos residentes salieron ilesos porque en ese momento dormían en otra habitación.
El tercer ataque, ese mismo mes, estuvo de nuevo dirigido contra La Izquierda, cuya sede en Freital sufrió grandes destrozos después de que varios miembros del grupo lanzaran un explosivo contra el local.
El siguiente objetivo fue la casa de un grupo alternativo de izquierdas de Dresde, uno de cuyos miembros resultó herido, y, en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre de 2015 tuvo lugar el quinto ataque, contra otro centro de refugiados de Freital.
En esa ocasión varios miembros del grupo colocaron bombas caseras en tres de las ventanas del edificio y las detonaron a la vez; una persona resultó herida por los cristales en la cara y en un ojo y, según el relato de la fiscalía, no hubo más heridos o muertos porque los residentes se percataron del ataque y tuvieron tiempo de refugiarse en el pasillo.
Los investigadores han reunido abundante material sobre el grupo, que en sus conversaciones y chats preparaba y organizaba sus ataques para matar a «los parásitos miserables» y cuyos integrantes se declaraban «nazis hasta la muerte».
El proceso contra el «grupo Freital» es el tercero de este tipo en marcha en el país, donde desde 2013 se juzga a la única miembro viva de la célula terrorista neonazi «Clandestinidad Nacionalsocialista», (NSU) un trío acusado de asesinar entre 2000 y 2007 a nueve inmigrantes y a una policía.
A ese juicio se unió el pasado abril el proceso contra cuatro miembros del grupo ultraderechista «Oldschool Society», acusados también por la Fiscalía Federal de haber creado una organización terrorista y de planear una atentado contra una albergue de refugiados.
