Con su decisión de cancelar un estudio sobre tendencias racistas en la Policía alemana, el ministro del Interior causó una tormenta de indignación. No solo entre los oponentes políticos.
DEUTSCHE WELLE.- Desde la muerte del estadounidense George Floyd, el tema del racismo y la violencia policial ha estado en el centro de atención también en Alemania. Según la mayoría de los políticos, la Policía en Alemania en general no tiene un problema de racismo. Sin embargo, a menudo hay casos de policías que se comportan abiertamente de manera racista.
Los casos se repiten. Por ejemplo, al controlar a personas sin una razón específica, solo por el color de su piel u otras características externas. El llamado «racial profiling» está prohibido, pero existe.
Con el fin de evaluar con mayor precisión el «racial profiling» en Alemania, los ministros de Justicia e Interior anunciaron en junio un estudio independiente.
Enfrentamiento con la ministra de Justicia
Sin embargo, el ministro federal del Interior, Horst Seehofer (CSU), canceló el estudio sobre las tendencias racistas en la policía. Su Ministerio anunció que Seehofer no ve «necesidad» de tal investigación. Según él, ya existen centros de denuncia en la Policía, y «los casos individuales de discriminación» son «investigados sin piedad y sancionados con rapidez». Además, el trato discriminatorio está prohibido en la práctica policial de todos modos. Esa argumentación de que no puede ser lo que no debe ser, generó un amplio rechazo. Las críticas provienen de muchos lados. No solo de la oposición.
El ministro federal del Interior Horst Seehofer no ve un racismo estructural en la policía alemana.
Seehofer es criticado hasta en el gabinete federal. La ministra de Justicia, Christine Lambrecht (SPD), insiste en atenerse al estudio originalmente planeado. Lambrecht dijo que volvería a hablar con Seehofer sobre si tal estudio no sería de interés para todos los que respetan y defienden los valores de la Constitución. No se trata de poner a nadie bajo una sospecha general. Se trata más bien de «conocer el estado de las cosas y saber dónde estamos y cómo podemos seguir actuando».
Una «justificación vergonzosa»
Seehofer podría sentirse particularmente herido por la dura reacción de la Policía. Sebastian Fiedler, presidente de la Asociación de Investigadores Criminales Alemanes (BDK), declaró en la cadena de televisión alemana ARD: «Encuentro la justificación que he escuchado algo vergonzosa, porque por supuesto no es concluyente. Y también hace un mal servicio a las propias autoridades de seguridad».
La ex ministra federal de Justicia Sabine Leutheusser-Schnarrenberger igualmente criticó al ministro Seehofer: «Necesitamos una base clara para el #RacialProfiling, para que sepamos de qué estamos hablando y no hagamos juicios radicales. El estudio tiene sentido, lo que no tiene sentido es que el Ministro del Interior se niegue», escribió en Twitter.
Seehofer se elogia a sí mismo
El propio Ministro alemán del Interior no parece muy impresionado por las críticas. Seehofer subrayó que desde que asumió el cargo en 2018, «se ha hecho más contra el antisemitismo y el extremismo que en todos los años anteriores». Al mismo tiempo, el político del partido CSU subrayó que no veía un problema estructural ni en la administración pública ni en la policía federal.
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Advertencia de los expertos de la UE
El estudio sobre el trato discriminatorio fue propuesto por la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) en su reciente informe sobre Alemania. El Consejo de Europa había denunciado el racismo generalizado e institucional en Alemania después de que se publicara el informe a mediados de marzo. Los expertos de la ECRI encontraron varios indicios de que el trato discriminatorio es muy común entre los policías alemanes. En Alemania la Policía todavía tiene una reputación relativamente buena. Según el Eurobarómetro de la Comisión Europea, en otoño de 2019, alrededor del 85 por ciento de los alemanes confiaba en la Policía, mientras que cerca del 12 desconfiaba de ella. El Eurobarómetro se publica dos veces al año e incluye encuestas de opinión pública de todos los Estados miembros de la UE sobre diversos temas.