GABRIELA MARTÍNEZ. LA VOZ DE GALICIA.- Denominada como el Acta de Reforzamiento de Redes –Network Enforcement At–, tendrá jurisdicción sobre las redes sociales con más de dos millones de usuarios como Facebook, Twitter, YouTube, entre otras, deberán haber eliminado los mensajes de odio que se transmiten por sus plataforma, o correrán el riesgo de ser multada con 50 millones de euros.
Gizmodo explica que la ley, que entrará en vigencia en octubre de este año, le dará a las plataformas sociales 24 horas para remover todo contenido que sea ilegal en Alemania — como mensajes racistas, que hagan alegoría a los nazis y negación del holocausto –. Asimismo, las redes sociales tendrán una semana para decidir si elimina las publicaciones de contenido similar pero que no sean difamatorias o no inciten a la violencia.
La tecnología siempre ha tenido un escenario difícil de navegar en Alemania. Y es que leyes como esta pueden prestarse para castigar de forma arbitraria a compañías cuyas fronteras de acusación no están tan definidas como las de aquellas que trabajan en industrias menos abstractas.
Las redes sociales pueden, sin duda, controlar los discursos y mensajes que se publican en sus plataformas. No obstante, en muchos casos, estas mismas empresas están en países que tienen leyes más profundas para defender la libertad de expresión que para castigarla. En cuyo caso, la eliminación de estos mensajes se vuelve un tema mucho más complicado.
Sin embargo, Alemania, país de la leyes más estrictas en contra de los mensajes que promuevan el mensaje de odio, llega al punto de allanar las casas de quienes publiquen este tipo de contenido en las plataformas sociales.
Por ejemplo, el New York Times, reportó sobre la actuación de la policía alemana para detener a 36 personas, acusadas de publicar mensajes de odios en redes sociales. La policía local allanó las casas de los autores.
Pero las redes sociales no son indistintas a estos esfuerzos por controlar el contenido que incita el odio. En diciembre de 2015, las compañías de redes sociales más grandes llegaron a un acuerdo para controlar los mensajes de odio. No obstante, el gobierno federal alemán considera que los esfuerzos de esas empresas no han sido lo suficientemente contundentes.