La Provincia.- Audiencia Provincial de Las Palmas juzgará este martes a los dos agentes de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria acusados de agredir a cinco viandantes profiriéndoles insultos racistas en las inmediaciones del parque Santa Catalina, en el cruce de las calles Secretario Artiles y Nicolás Estévanez, el dos de febrero de 2021. La Fiscalía y las dos acusaciones particulares piden una pena de un año y cinco meses de prisión por un presunto delito de odio, con multas diarias de 75 euros e indemnizaciones de entre 200 y 1.600 euros por las lesiones y los daños morales ocasionados, además de la inhabilitación especial para ejercer cualquier profesión que implique la condición de autoridad pública en un año y cinco meses.
Los encausados, identificados en el escrito de acusación con las iniciales J. L. B. y J. T. H., estaban fuera de servicio mientras caminaban juntos por la vía pública sobre las 21.45 horas. Allí se cruzaron con un grupo de cuatro varones que estaban de camino a sus viviendas, para cumplir con el toque de queda establecido por la pandemia de la Covid-19, y los policías escucharon a uno de ellos hablando con acento argentino. En ese momento, se dirigieron a él con expresiones como «¿tú que haces en mi isla?», o «sudaca de mierda». Cuando notaron que otro de los jóvenes, de nacionalidad canaria, tenía la piel morena, pasaron a referirse a él con el término «moro» de un modo despectivo.
Al cabo de unos minutos, la agresión verbal llegó a las manos y los agentes supuestamente empezaron a golpear a dos de los denunciantes en la cabeza, a base de manotazos y bofetones. En el curso de la agresión, según describe el escrito de acusación, los encausados se identificaron como policías, proclamándolo de viva voz y mostrando su placa profesional, mientras emitían expresiones como «nosotros somos la autoridad». El fiscal sostiene que esta acción causó en los ciudadanos «el natural efecto de sometimiento por la invocación de su condición de policías».
«Ante la petición que les hacía uno de los denunciantes de que cesaran en su agresión, el acusado L. B. le dio dos fuertes bofetadas y le agarró el dedo pulgar de la mano izquierda tirando de él violentamente hacia atrás«, describe el documento de la Fiscalía. Los acusados aseguraron a los policías que intervinieron en la escena que la pelea había comenzado porque los jóvenes no llevaban puesta la mascarilla, que era obligatoria en ese momento, mientras que uno de los denunciantes defiende que cada uno llevaba puesto su correspondiente tapabocas y que uno de ellos presentaba incluso manchas de sangre, fruto de los golpes recibidos.
A continuación, los agentes vieron a otro transeúnte de nacionalidad nepalí y notaron que podía ser extranjero porque tenía rasgos asiáticos y la piel oscura. Entonces empezaron a dirigirse a él con expresiones como «inmigrante de mierda», «negro» o «vuélvete a tu país». El apelado, que no hablaba español porque acababa de llegar a la Isla, se limitó a quedarse quieto y los acusados supuestamente empezaron a darle golpes en la cabeza, bofetones y empujones volviendo a identificarse como agentes.
Expresiones racistas
Los agredidos apelaron en la denuncia presentada a que los encausados llevaban botellines de cerveza en las manos y mostraban signos de haber consumido sustancias estupefacientes porque tenían las pupilas dilatadas y un movimiento incontrolado de la mandíbula.
Uno de los agredidos pudo escapar en un momento dado para solicitar ayuda a los efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional, que estaba desplegada muy cerca de la zona. Los agentes testificarán esta semana en la vista oral, pues la denuncia recoge que los encausados mostraron una actitud violencia hacia los policías que mediaron en la escena y que se negaron a identificarse
