Público.- El presidente de la Sección Española de Reporteros Sin Fronteras, Alfonso Armada, condena que varios informadores fueran golpeados durante el mitin de Vox en el barrio madrileño y se muestra inquieto por lo que considera «una tendencia preocupante» en España y en el resto del mundo.
Los altercados que tuvieron lugar ayer miércoles en el barrio madrileño de Vallecas por la celebración de un acto de precampaña de Vox se saldaron con cuatro detenidos y 35 personas heridas. Como suele ocurrir en este tipo de concentraciones donde la tensión es máxima, las escenas de violencia fueron a más a lo largo del mitin de Santiago Abascal. Durante los incidentes ocurrió un hecho que siempre llama la atención en una democracia, sobre todo si es tan consolidada como la española: varios periodistas fueron agredidos por los agentes de la Policía durante las cargas que realizaron al poco de llegar los dirigentes de Vox al lugar del mitin.
El que salió peor parado fue el periodista Guillermo Martínez, colaborador en varios medios, entre ellos Público, que cubría el acto de Vox para El Salto Diario. Martínez ha colgado en su cuenta de Twitter un vídeo en el que se aprecia claramente el momento que fue agredido por la Policía.
Martínez recuerda para Público cómo se produjo la agresión de los agentes antidisturbios: «Cuando empezaron las cargas, yo me aproximé como los demás periodistas a grabar y sacar fotos. En un momento determinado coincidimos con un grupo de agentes antidisturbios y quisimos pasar al lado de ellos, sin más. Iba con otro compañero y llevábamos el móvil en la mano. Los policías nos preguntan entonces que dónde vamos y quiénes somos. Les respondemos que somos periodistas. Es entonces cuando a gritos un policía me pide constantemente que me identifique, me agarra, me golpea en la espalda y me tira al suelo. Da la la casualidad que en ese momento llega otro compañero periodista y junto al otro compañero que ya estaba conmigo empiezan a gritar que soy periodista, que me dejen en paz. Cuando el agente se da cuenta de que está siendo grabado, me coge del brazo y me dice ‘pero levántate, hombre’. Entonces claro, yo ahí le digo ‘pero no me tires tú’ y hay ahí otro pequeño momento de tensión, pero finalmente pude mostrar la identificación que me acredita como periodista».
La escena fue grabada por otro periodista, Fermín Grodira, quien también fue agredido por la Policía y le retuvieron el carnet de prensa. Él lo cuenta así: «La Policía había cargado ya varias veces y había habido lanzamiento de objetos. Yo estaba con Guillermo y entonces se acerca ese grupo de policías. Les decimos que somos periodistas, pero yo llevaba el carnet más a mano y lo pude enseñar antes. Entonces los policías piden a Guillermo que se identifique. Yo les digo que es periodista mientras enseño mi carnet de prensa para avalar a Guillermo. Es ahí cuando me empujan. Ya antes de ese incidente con Guillermo me habían golpeado con una porra. Un policía se lleva mi carnet de prensa y me dice que me va a denunciar. Yo le pregunto que por qué y le pido que me devuelva el carnet. Finalmente tras unos segundos, me lo devuelven».
Martínez tiene una fuerte contusión en la espalda y esta misma mañana ha acudido al médico para hacer un parte de lesiones. «Tengo un fuerte hematoma en la espalda y me duele bastante. Ahora iba a hacer el parte de lesiones, pero no sé si pondré denuncia, me lo estoy pensando», explica.
Martínez y Grodira no fueron los únicos periodistas agredidos. Hubo más casos como el fotográfo Dani Gago, que además es miembro de la Ejecutiva de Podemos y también recibió un porrazo por parte de de los antidisturbios durante los incidentes en Vallecas. La foto del hematoma también se puede ver en Twitter. Otro periodista, Javier Portillo, este de El HuffPost, fue agredido por uno de los miembros de seguridad de Rocío Monasterio, la candidata de Vox a las elecciones del 4 de mayo en Madrid.
El presidente de la Sección Española de Reporteros Sin Fronteras, Alfonso Armada, condena los hechos de ayer en Vallecas y se muestra inquieto por lo que considera una tendencia preocupante en lo que afecta a la libertad de prensa. «El caso de ayer nos pareció muy lamentable. En España se está convirtiendo en un hábito por parte de la Policía y de algunos partidos políticos convertir a los periodistas en una especie de saco de entrenamiento. La emprenden contra los periodistas porque son testigos incómodos», señala Armada.
Armada afirma que en este sentido las cosas han ido a peor en los últimos años en España pero también en el resto del mundo. «En muchos casos el trabajo periodístico incomoda», concluye Armada quien recuerda que el acoso a los periodistas también se produce por parte de ciudadanos corrientes: «La Policía y los partidos políticos o bien señalan a periodistas y les impiden cubrir eventos o bien les acosan en la calle. Esto pasa también con ciudadanos corrientes: lo hemos visto con el procés en Cataluña, donde periodistas eran acosados tanto por ciudadanos partidarios de la independencia como contrarios a ella. Es como si molestaran los periodistas que muestran los aspectos menos gratos de la realidad».
Obstáculos a la hora de informar
Armada pone un ejemplo muy ilustrativo de lo que ocurre en España: «Al informar sobre la inmigración, los periodistas se han encontrado una actitud muy obstructiva parte de las autoridades. De hecho, lo hemos denunciado y el Ministerio del Interior ha prometido rectificar porque se estaba impidiendo que los periodistas tomaran fotos de la llegada de inmigrantes a Canarias. Lo hemos visto también en el tema de la pandemia, donde ha habido muchos obstáculos para cubrirla. Aunque son cosas distintas, forman parte de un espectro muy preocupante: parece que molesta que los periodistas se empeñen en seguir contando la verdad».
Las agresiones a los informadores como las ocurridas ayer se han repetido más veces de las deseables en los últimos años. De hecho, en el año 2013 se abrió un debate sobre si los periodistas debían acreditarse en las manifestaciones con un chaleco después de que varios fueran agredidos por la Policía en muchas de las manifestaciones que por aquel año estaban a la orden del día en un clima social muy convulso por las políticas de austeridad.
Facilitar y permitir el libre trabajo de los periodistas sobre todo en situaciones de conflicto como fue la manifestación de Vallecas sigue siendo una vieja aspiración. Sin embargo, la aprobación en 2015 de la llamada Ley Mordaza impuso más restricciones a los informadores. Aquella norma impedía incluso fotografiar a los agentes durante las manifestaciones. En 2017 el artículo de la Ley Mordaza que prohibía retratar a policías fue derogado por el Tribunal Constitucional, porque suponía «censura previa», pero la situación no ha mejorado.
«Esto colea un poco de la ley mordaza, que nosotros denunciamos cuando era un proyecto de ley como una limitación de las libertades. Ahora es cierto que se ha retirado esa parte que atañía a la cobertura gráfica de las manifestaciones y demás. que eso ha sido ya una pequeña victoria, pero yo creo que todavía hay policías que siguen patrones un poco antiguos y un poco arcaicos que retratan al periodista como un elemento molesto, un testigo incómodo», abunda Armada.
Armada explica que estas «actitudes agresivas» hacia los periodistas ocurren en muchos países del mundo, tanto en regímenes autoritarios como democráticos. Y España no es una excepción. «Vemos una tendencia muy preocupante en muchos países. Por supuesto en regímenes autoritarios como en Rusia o China, donde las actitudes contra los periodistas ya son políticas de Estado, pero también en otros países europeos, es el caso de Eslovaquia, de Polonia, de Hungría, donde hemos detectado una actitud cada vez más coercitiva de las libertades, poniendo cada vez más trabas al periodismo independiente», finaliza el presidente de Reporteros sin Fronteras en España.