El árbitro detalla en el acta cómo dos jugadores del equipo local dieron «puñetazos y patadas» a un futbolista rival a la conclusión del partido
FRANCISCO J. MOYA. LA VERDAD.- Lamentable episodio de violencia en el fútbol regional. Ocurrió el pasado sábado en el campo de fútbol de Los Garres (Murcia), al terminar el encuentro correspondiente a la sexta jornada de Liga en Primera juvenil entre Los Garres y el Torre Pacheco. Vencieron los visitantes (3-7) y el final fue bochornoso. El árbitro detalla -con toda precisión- en el acta los incidentes. Un grupo de chicos de entre 15 y 17 años saltó al terreno de juego y persiguió al trío arbitral, escupieron a un juez de línea y obligaron al trío arbitral a permanecer encerrado en su vestuario durante media hora. Todo se calmó cuando llegó la Policía. «Tuvimos que huir en mitad de la tangana porque aficionados locales se acercaban hacia nosotros en actitud violenta», relata el árbitro del partido en el acta.
En esa trifulca que se montó al final, la peor parte se la llevó un futbolista cadete del conjunto pachequero, que en esta ocasión ascendió al equipo juvenil para jugar en Los Garres. Se trata de Antonio Hernández, quien pagó la ira de dos jugadores locales, Alejandro Carmona y un segundo por identificar. «El número 28 que pone en el acta está equivocado. Parece que fue el 6. Y el que montó todo el follón fue el número 99 de Los Garres, que se apellida Carmona, se volvió loco en los minutos finales y ya iba por el campo insultando, escupiendo y montando mucho lío. Cuando pitó el árbitro, se tiró a por nosotros y se montó un lío tremendo cuando nos íbamos a nuestro vestuario», cuenta Paco Pedreño, entrenador del segundo juvenil del Torre Pacheco.
«Yo me estaba llevando a mis chavales al vestuario viendo que mucho público se estaba tirando al césped y que la cosa se ponía peligrosa. Un aficionado le dio una patada a un jugador mío y cuando ya estábamos cerca del vestuario vino lo peor. Nos dieron golpes, puñetazos y patadas. El tal Carmona saltó con los dos pies y le pegó una patada muy fuerte, saltando con los dos pies, a nuestro jugador Antonio Hernández, que no había abierto la boca. Le dio en las costillas y tuvo que ir al hospital a hacerse una placa. En principio, solo tiene el hematoma. El club está valorando presentar una denuncia contra él», añade Pedreño. Se prevé una sanción ejemplar de la Federación Murciana.