Información/P.Cerrada.- La Audiencia Nacional acuerda la extradición del apresado, que tenía una cuenta con 1.800 seguidores y está imputado por difundir material terrorista.
La Audiencia Nacional ha dado luz verde a la extradición al Reino Unido de un ultra británico de 38 años detenido por la Policía Nacional en l’Alfàs del Pi por dos delitos de difusión de material terrorista al incitar a cometer atentados racistas en una cuenta de Telegram donde contaba con unos 1.800 seguidores. Los delitos por los que está reclamado este apresado están castigados en Reino Unido con quince años de prisión y la Audiencia Nacional ha accedido a entregar al detenido bajo la condición de que, en caso de que sea condenado en su país, sea devuelto a España para cumplir aquí la pena que se le imponga.
El fugitivo Kristofer T.K. se encuentra recluido en la prisión de Fontcalent desde el pasado junio tras ser detenido por agentes de la Brigada Provincial de Información de Alicante y ahora se está pendiente de que el Consejo de Ministros acuerde o no la entrega autorizada por los tribunales españoles. La orden de detención internacional fue emitida el 21 de febrero de 2022 por la Corte de Magistrados de Westminster y en la reclamación de la extradición se explica que el ahora encarcelado creó una cuenta en noviembre de 2020 en Telegram y contaba con 1.800 seguidores. Allí, según la Policía de Reino Unido y recoge la Audiencia Nacional en el auto donde acuerda la extradición, publicaba «un contenido predominantemente dirigido a fomentar la hostilidad contra personas no blancas y alentar a la acción violenta directa contra ellas, como parte de una ideología de supremacía blanca».
El apresado está vinculado a «Patriotic Alterantive», un grupo nacionalista blanco de extrema derecha británico, y su perfil aparece en un informe elaborado por la organización «Hope not hate», donde sale una imagen de Kristofer realizando un saludo fascista.
Añade la reclamación que, en al menos dos ocasiones, publicó enlaces a varios documentos que animan a los lectores a llevar a cabo actos terroristas. Animaba a sus seguidores a leer los documentos, entre los que se encontraba un manifiesto de cuatro terroristas de extrema derecha donde «animan a cometer atentados homicidas en nombre de la supremacía blanca, exponen su ideología racista e incluyen consejos prácticos para cometer actos terroristas».
Manifiestos de extremistas
Dos de esos extremistas eran Anders Breivik, condenado por la matanza de 77 personas por motivo de odio y racismo en la isla noruega de Utoya, y Brenton Tarrant, condenado a cadena perpetua por el ataque terrorista a dos mezquitas de Christchurch, en Nueva Zelanda, donde murieron 51 personas y otras 50 resultaron heridas.
Para la Policía británica, el ultraderechista detenido en l’Alfàs del Pi estaba al tanto de las publicaciones y estaba convencido de prepararse «para una guerra entre razas».
La defensa del fugitivo británico planteó ante la Audiencia Nacional que el hombre tiene arraigo suficiente en España y se opuso a la extradición por falta de pruebas y por desconocerse el resultado de las diligencias practicas en España por la Policía.
Aunque la defensa alegó la competencia de los tribunales españoles porque los mensajes se enviaron a través de redes sociales desde su domicilio en l’Alfàs del Pi, la Audiencia Nacional precisa que iban dirigidos a personas que residen en el Reino Unido y que las víctimas más probables son las minorías étnicas del país británico.
Incluye la Audiencia Nacional una referencia a la Fiscalía británica sobre un vídeo donde el investigado habla de que «la raza inglesa» tiene que expulsar a los inmigrantes y «de que los ingleses (blancos) deben ir a las mezquitas y sinagogas (inglesas) para amenazarlos».
Según las autoridades británicas, este fugitivo afincado en l’Alfàs del Pi es miembro activo de «Patriotic Alternative», un grupo político del Reino Unido que surgió tras la prohibición de la «National Action» -una organización terrorista neonazi- y se centra más en la acción directa que en ganar votos.
Dados estos antecedentes, la Audiencia Nacional considera que la competencia del caso corresponde a los tribunales del Reino Unido debido a que los mensajes iban dirigidos a fomentar el odio entre personas en dicho país.
