Sur.- La Fiscalía pide dos años de prisión para el hombre, que fue linchado por una multitud tras la presunta agresión machista.
Así comenzó una agresión machista que sacudió a la barriada de La Palmilla a principios de este año. Un hombre de nacionalidad marroquí (31 años) atacó presuntamente a su pareja (55) metiéndole la cabeza en el váter y rociándole la cara con un bote de aguafuerte tras haberla arrastrado entre golpes y bofetadas. Ahora la Fiscalía pide para el acusado –que fue detenido entre una numerosa multitud que lo había linchado como represalia por el ataque–, dos años de prisión por malos tratos y un delito de amenazas.
En la descripción de los hechos que hace el fiscal se recoge que el detenido y la víctima habían mantenido una relación durante al menos cuatro meses. En torno a las ocho de la tarde del veinte de enero de 2021, ambos estaban consumiendo sustancias estupefacientes en el piso de la barriada de la Palmilla en el que habían empezado a convivir hace poco tiempo, tal y como indican en el escrito de la acusación particular. En un momento dado comenzaron a discutir y, «con ánimo de amedrentarla» –según el Ministerio Público– el ahora procesado dijo a la víctima: «Eres impura, corazón negro, [Alá] me ha dicho que te mate y tienes que morir».
Según la Fiscalía, las palabras del acusado provocaron en la mujer una situación de «desasosiego y temor». A continuación, siempre como se recoge en el relato de los hechos del fiscal, la discusión dio paso a una agresión en la que el encausado, «con ánimo de menoscabar su integridad física», le propinó varias bofetadas y la agarró «fuertemente» del pelo para llevarla por la fuerza hasta el cuarto de baño del piso.
En esa habitación, expone el fiscal, el acusado continuó con el ataque: le metió la cabeza en el váter, cogió un bote de aguafuerte que estaba entre los productos de limpieza y roció su contenido en la cara de la mujer. En este punto la acusación particular añade que el acusado trató de quemarle el pelo con un mechero, a la vez que profería cánticos en árabe. La víctima sufrió quemaduras químicas de primer grado en región facial –en la piel y en los ojos– que tardaron una semana en sanar, de los cuales dos fueron impeditivos. El aguafuerte es una disolución acuosa del gas cloruro de hidrógeno y tiene la cualidad de ser altamente corrosivo, de ahí que se emplee para desinfectar superficies y pavimentos.
Los hechos descritos son considerados por el fiscal y por la acusación particular como constitutivos de dos delitos diferentes. Por una parte, uno de amenazas, por el que pide al juez una pena de un año de prisión. En segundo lugar, considera al acusado responsable de un delito de malos tratos, por el que solicita otro año de privación de libertad. El fiscal también solicita que ambas penas sean complementadas con una orden de alejamiento –de 500 metros– vigente durante tres años, además de con el pago de 250 euros en concepto de responsabilidad civil por las lesiones que sufrió la perjudicada. El juicio se celebrará en un juzgado de lo Penal de Málaga.
Por su parte, desde la defensa del acusado piden su absolución. Argumentan que sufre de una adicción grave y que en el momento de cometer los hechos se encontraba en estado de intoxicación plena.
Este suceso sacudió a la barriada de la Palmilla. Cuando la mujer pidió ayuda y los vecinos supieron lo que supuestamente había ocurrido, una multitud se congregó en torno al presunto agresor, que fue atacado por varias personas.
El linchamiento quedó registrado en los teléfonos móviles de varios testigos y las imágenes recorrieron la ciudad a través de WhatsApp y las redes sociales. En ellas se apreciaba a la perfección la agresión: rodeado por numerosas personas, el procesado recibió puñetazos, patadas, golpes con un paraguas y una escoba, entre otros objetos. La agresión se produjo en el portal del bloque en el que tuvo lugar el supuesto ataque a su pareja, y allí el individuo quedó tendido en el suelo hasta que llegó la Policía Nacional.
Fue necesario el despliegue de un amplio dispositivo policial (en el que también intervino la Policía Local de Málaga) para calmar los ánimos mientras se procedía a la detención del por aquel entonces sospechoso. Además, los agentes se entrevistaron con la víctima, que también fue detenida, ya que le constaba una orden de busca y captura. Antes de ser llevada a los calabozos fue trasladada a un centro hospitalario para ser atendida de las lesiones, que no precisaron su ingreso.
Durante la detención, según indican en el escrito de la acusación particular haciendo referencia al atestado, el acusado se resistió de forma activa a la acción policial, escupiendo, pataleando y dando empujones –todo ello mientras cantaba en árabe–, por lo que tuvo que ser reducido entre la multitud.
Este ataque con ácido clorhídrico tuvo lugar unos días después de que detuvieran a José Arcadio D. N., ‘El Melillero’, por encargar presuntamente que un amigo rociara a su expareja y una amiga con ácido sulfúrico, en Cártama. Ambas jóvenes fueron ingresadas con quemaduras químicas en diferentes partes del cuerpo a la vez que se desplegó una insólita búsqueda a lo largo de toda la provincia para dar con el sospechoso. El Melillero, que contaba con numerosos antecedentes y órdenes de búsqueda, fue detenido una semana después por la Guardia Civil.