Un 86% no lleva a los niños a un centro religioso por miedo a que sean discriminados
ALBA TOBELLA. www.elpais.com
Encontrar una escuela tolerante es un calvario para dos de cada diez familias de padres homosexuales: un 11% asegura que tiene problemas para hacerlo y otro 11%, que no es nada sencillo, según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid presentado este lunes. A estas dificultades se suma que un 85% de las familias ha rechazado explícitamente matricularlos en centros religiosos por miedo a que sean discriminados, incluso en los casos en los que los mismos padres se declaran católicos o consideran que en esos colegios la educación es buena.
El pasado mes de noviembre, una pareja de gais denunció a un colegio privado sevillano por no aceptar a su hijo. El centro arguyó que ya no tenía plazas, pero los padres consideraban que el motivo del rechazo fue su homosexualidad. “Es un problema que los centros concertados, la mayoría de ellos religiosos, no sean una opción para las familias homoparentales”, explica Santiago Agustín Ruiz, investigador principal del estudio, que recoge las experiencia de 71 familias, residentes en nueve comunidades autónomas, con hijos de entre un mes y 18 años de edad.
Los analistas y asociaciones vinculan este problema para encontrar colegio con el rechazo de la jerarquía eclesiástica a las parejas homosexuales. La mayoría de los entrevistados para el estudio asegura que los párrocos y las comunidades católicas de base sí los aceptan e, incluso, bautizan a sus pequeños, y que es la Iglesia como institución la que les rechaza. “La Iglesia está dividida en este tema. Hay una parte que acepta a los hijos de las familias homoparentales, pero la otra, la jerarquía, no. Nos quieren muy poco”, asegura Antonio Ayala, de la Fundación Triángulo.
Un país «pionero en la integración»
“España es un país pionero en el reconocimiento de las familias monoparentales”, concluye el estudio, que relaciona este fenómeno a la legalización del matrimonio homosexual en 2005. El 85% de las familias se siente bien acogida por la sociedad, mientras que solo entre el 10% y el 20% de los entrevistados han manifestado haber sufrido discriminación en distintos ámbitos. Uno de cada cinco asegura que sus hijos han sido objeto de algún insulto, aunque son minoritarios los casos en los que se repiten las ofensas. Un 11% de los padres afirman haber sufrido discriminación en el trabajo por la condición de su familia y un 13% asegura haber sido objeto de algún comentario ofensivo.
Es en el ámbito familiar donde se produce la menor tolerancia. Si bien la mayoría se consideran apoyados por sus parientes, un 40% declara haber recibido poco apoyo por su parte y un 9% sienten no haber recibido nada de ayuda. En algunos casos se ha producido incluso una ruptura de las relaciones con la familia extensa. “Mi madre, llorando; que si le hubiera dicho ‘tengo un cáncer, me queda un mes’, se hubiera puesto igual”, contaba una madre de una niña de 6 años de Barcelona a los entrevistadores del estudio.