EFE.- El Parlamento danés eligió hoy como nueva presidenta a Pia Kjærsgaard, de 68 años y polémica exlíder del Partido Popular Danés (DF), fuerza de corte xenófobo que en las elecciones generales de junio se convirtió en la segunda en votos.
Kjærsgaard fue elegida con el apoyo de las cuatro formaciones del bloque de derecha y de los socialdemócratas, mientras que votaron en contra la rojiverde Lista Unitaria y el Partido Socialista Popular.
Su elección se ha visto precedida por las críticas a una de las políticas más influyentes y más polémicas de las últimas décadas en Dinamarca, que abandonó el liderazgo del partido en 2012 tras 17 años, aunque continúa como diputada y guardián de sus valores.
Fundado en 1995, el DF fue durante una década (2001-2011) «árbitro» de la política danesa al ser apoyo externo del gobierno liberal-conservador a cambio de una dura línea en inmigración.
Su influencia excedió el 12 % de apoyo electoral en que se movía entonces: la inmigración pasó a ser tema central en los comicios y su discurso agresivo, centrado en los musulmanes, arrastró a parte del arco político a la derecha, con la socialdemocracia a la cabeza.
La «reina» de Dinamarca, como la bautizaron varios medios, y su partido hicieron que términos como «lo no danés», «daneses étnicos» o «inmigrantes de segunda y tercera generación» fueran de uso común.
La lista de frases polémicas de esta ama de casa que trabajó cuidando a ancianos y de verbo directo es larga: acusó a los inmigrantes de «reproducirse como conejos» y al islam de «glorificar la violencia», y comparó el velo con la esvástica.
«Dinamarca es un pequeño país y no queremos que nos molesten. Y aunque pueda sonar un poco cuadriculado, no creo que Dinamarca sea el lugar natural para los musulmanes», dijo una vez Kjærsgaard, modelo para otras fuerzas ultraconservadoras en los países nórdicos.
Y cuando la Comisión Europea dudó sobre los controles fronterizos implantados por el gobierno en 2011 para satisfacer al DF, exclamó: «¡Idos a freír espárragos! ¡No os metáis en lo que no os incumbe!» Tenemos derecho a proteger a nuestra población».
«Me esforzaré por ser la presidenta de todo el Folketing (Parlamento), independientemente de qué partido sea cada uno», dijo hoy conciliadora Kjærsgaard, primera mujer en dirigir esta institución desde que se abandonó el sistema bicameral en 1953.
Lejos quedan los tiempos en los que el entonces primer ministro, el socialdemócrata Poul Nyrup Rasmussen, sostenía a finales de los noventa que el DF nunca sería «limpio del todo» por su xenofobia: hace mucho que en Dinamarca se le acepta como un grupo político más y no se le considera de extrema derecha.