La mujer se hizo pasar por su hija y consiguió que una amiga de esta le contara en qué consistían los abusos del Sagrado Corazón
Q. ALSEDO / P. HERRÁIZ. EL MUNDO.- A la derecha, los whatsapps que lo cuentan todo. La pequeña Laura, que sufre un tipo de retraso mental madurativo (con un coeficiente mental por debajo de la media) reconocido por la Comunidad de Madrid, se escribía por WhatsApp con una amiga a través del móvil de su madre cuando, a principios de junio, ésta vio la oportunidad de descubrir por qué la cría llevaba meses desorientada, triste, ausente.
Lo siguiente fueron tres días haciéndose pasar por su hija, manteniéndola en casa con excusas para que no hablara con su compañera de pupitre, e intentando sacarle a ésta información. «¿Y qué te parece lo que me hace Juan?». «No sé tía por qué te dejas», contesta la niña, traduciendo aquí la peculiar caligrafía de las redes sociales. «Tan mal te parece?», inquiere la madre. «Pues sí». «¿Por qué?». «Porque pierdes la virginidad».
«Tía, pero aparte de perder la virginidad crees que puede ser peligroso lo que me hace». «Porque todo el mundo lo dice. Y es verdad». «¿Sabes si Juan lo hace con otras?». «Sí», contesta la niña.«Qué fuerte, no lo sabía», sigue deshilando la madre de Laura. Que va un poquito más allá: «Tía, eres mi amiga, dime a quién más le hace lo que me hace a mí». «Con todas las de apollo [sic]», responde la niña.
«Pero qué les hace Juan a ellas». «Pues lo mismo que a ti, pero a ti te hace más. Tú se la chupas, ¿no? Pues las demás no. Y no les toca el chip chip». Iniciada la investigación en el colegio, la madre fue llamada a declarar a mediados de junio. Asesorada por su abogado, se negó: los hechos ya estaban denunciados ante la Policía.
