J. JIMÉNEZ GÁLVEZ. EL PAÍS.- La integración de los inmigrantes en España ha empeorado en los últimos cuatro años, lastrada por una menor participación política de los extranjeros que llegan al país y por las deficiencias que presenta la educación que el Estado ofrece a sus hijos. Así lo recoge el índice internacional Mipex 2015, que estudia la incorporación social de este sector de la población en 38 países —todos los de la Unión Europea, más Australia, Canadá, Islandia, Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Suiza, Turquía, Noruega y Estados Unidos—. Una clasificación, publicada este martes, que insiste en los pasos hacia atrás que ha dado España, que ocupaba el octavo puesto en el ranking en 2011 y que ahora se sitúa en la undécima posición.
«La inacción y retrocesos durante la crisis puede haber deshecho algunos logros básicos que garantizan la igualdad y protección de todos los grupos vulnerables de la sociedad en España», recalcan los autores del informe, elaborado cada cuatro años por el Migration Policy Group y el CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs), con apoyo de la Comisión Europea. El estudio otorga al país una nota de 60 sobre 100, tres puntos por debajo de la obtenida en 2011. La media de la UE también es de 60; y la de las 38 naciones analizadas, 58. A falta de conocerse el orden definitivo de la clasificación, ya que no se han desvelado aún todos los puestos; sí se conoce que España se sitúa por encima de Francia (17), Reino Unido (15) e Italia (13). Suecia (1) y Portugal (2) encabezan la lista.
España vuelve a flaquear, en esta ocasión, en los mismos puntos que ya lo hacía hace un lustro. Se hunde, sobre todo, en la educación que ofrece a los menores extranjeros: el país solo consigue en esta área 37 puntos, cinco menos que en 2011, y retrocede hasta la vigésima posición —hace cuatro años era decimotercero—. «Todos los alumnos inmigrantes tienen un derecho similar a acceder al sistema educativo, pero las escuelas solo ofrecen a veces cursos adicionales y de apoyo para ponerse al día académicamente», insiste el documento de Mipex, que echa en falta en España clases de refuerzo para que los estudiantes extranjeros aprendan la lengua mejor. «Solo un tercio de estos alumnos reciben cursos de alfabetización adicionales».
Además de abordar este punto, el texto se adentra en otras debilidades de España: la escasa participación política de los extranjeros —un área donde obtiene la peor nota de Europa Occidental, con 54 puntos (tres menos que en 2011) y ocupa el puesto 15 de los 38—; la escasez de herramientas para luchar contra la discriminación —apunta el documento la falta de una ley específica—; y las dificultades para acceder a la nacionalidad.
«Muchas de las acciones necesarias habrían tenido un coste bajo», recalcan los autores del informe, que acusan a las autoridades españolas de «haber perdido algo de tiempo» en la aplicación de medidas para la integración de los inmigrantes. Aunque, eso sí, elranking también destaca aspectos positivos de España, que se presenta como el país más avanzado en políticas de reunificación familiar y en el impulso de medidas para la obtención de la residencia permanente.