ELISA SILIÓ / PILAR ÁLVAREZ. EL PAÍS.- La carta está fechada el 16 de mayo, pero entró por registro el 20, dos días antes de que una adolescente de 16 años de edad del instituto Ciudad de Jaén, al sur de Madrid, se quitara la vida tras sufrir acoso escolar. La Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del centro describe en dos folios la “preocupación por la seguridad” de sus hijos, cómo la inspección ”se negó” a expulsar a alumnos expedientados o que es frecuente la visita “de la policía o el Samur[el servicio de urgencias municipal]” al centro. El escrito va dirigido a la directora de área territorial centro de la Consejería de Educación, Belén Aldea.
El supuesto agresor fue detenido el pasado viernes para tomarle declaración, según han confirmado fuentes policiales. Y ha sido trasladado a otro centro, según informan fuentes del centro.
En la carta de los padres registrada dos días antes de la tragedia, el AMPA alude a “continuas amenazas e insultos a los profesores así como comportamientos indisciplinados reiterativos, que van cuajando hasta desembocar en incidentes gravísimos”. Y cuentan un episodio, que sitúan el pasado 11 de marzo, en el que tres alumnos “se pegan en medio de una clase, con lanzamiento de objetos, patadas, puñetazos, gritos, insultos muebles despedidos, persecuciones por los pasillos”.
“Raro es el día que no hay amenazas (recientemente con llevar ballestas) a profesores y/ o alumnos, faltas de disciplina, altercados en las aulas, patio o entrada/ salida; o que no tenga que venir la policía o el Samur por incidentes graves “, le explican los padres a Belén Aldea.
Aseguran que el 8 de abril convocaron un consejo extraordinario para en el instituto informó de que había abiertos cuatro expedientes disciplinarios por acciones muy graves –entre ellas un caso de amenazas a un alumno que, aseguran “aún sigue en el instituto. “Pues bien, no solo no autorizan la expulsión sino que, a estas alturas de curso, añaden más carga enviando dos alumnos expedientados” de dos centros diferentes. “Lo que viene a ser como arrimar una cerilla a un polvorín”, prosiguen.
“Quizá de los próximos incidentes nos enteremos todos por los informativos de los medios de comunicación”, añaden y se muestran “hartos de palabras, promesas y compromisos incumplidos” y le acusan de una “soberana indiferencia” por el centro.
«Evitar el gueto»
Germán Suela, de la asociación de madres y padres de alumnos, no se explica cómo el distrito de Usera devolvió 1,8 millones de euros al Ayuntamiento de Madrid pese a estar el instituto Ciudad de Jaén en pésimas condiciones. Al menos consiguieron hace unos meses que les construyesen un pasillo de cemento en medio del descampado que da acceso al centro. Evitan así tener que sortear el agua, pero la maleza del descampado ha alcanzado un metro de altura y “nadie se ha preocupado de desbrozarlo”, se desespera Suela. Él, junto a otros padres y profesores, participó en las protestas de comienzos de curso que acabaron con la llegada de un profesor más a tiempo completo y otro a tiempo parcial.
En cuestión de cinco años el centro ha asumido a 500 alumnos más –hoy son 1.2000, 60 de ellos con problemas motóricos- y ya no saben dónde meterlos. La Consejería de Educación se ha comprometido a no abrir ningún grupo nuevo más el año que viene, pero como “centro abierto de referencia de zona” todo el curso han estado recibiendo alumnos expulsados de otros institutos.
“Si además de ser niños con problemas en casa no tienen espacio vital para moverse, a la mínima que se tocan se monta”, cuenta un profesor. En ese momento llega una madre a llevarse a su hijo una hora antes y firma el permiso. Es una práctica habitual que unos 50 niños lleguen todos los días una hora tarde y se vayan pronto con la complicidad de los padres a quienes “no les interesa que estudien”, dice un docente.
No es un alumnado fácil. Muchos tienen a sus padres en paro y un ambiente de estudio poco propicio. Da idea de ello la enorme caja de cartón que hay junto a la sala de profesores. Está llena de cereales, aceite, gel baño o pasta. Productos de primera necesidad que aportan los niños más pudientes y los profesores, muy comprometidos con el instituto, para que el resto pueda comer. Por eso el AMPA pide a las autoridades en una de sus múltiples cartas “respuesta para las familias en situación de riesgo social: problemas de vivienda, realojo, cortes de luz y agua, hambre (con el Banco de Alimentos apenas llegamos algo), mediación con los servicios sociales…”.
Los padres en sus escritos reclaman al área territorial medios materiales (pizarras digitales, ordenadores, proyectores…), aumentar el suministro eléctrico, espacios de trabajo para los profesores, educadores de animación y actividades en los recreos, dos policías tutores a la puerta, “solución al proceso de gueto”…
Pintadas en el instituto: «Director y profesores asesinos»
Elisa Silió
El instituto madrileño Ciudad de Jaén ha amanecido este martes con pintadas que acusan del drama al profesorado del centro. «Director y profesores asesinos». «Justicia». Las pintadas han sido tapadas.El instituto está tomado por la policía -hay tres coches, ayer uno- y rodeado por medios de comunicación. La asociación de padres lleva meses reclamando la presencia constante de dos policías en la puerta por la inusual violencia en las aulas,difícilmente gobernables con 1.200 alumnos que apenas caben.
Estas frases acusadoras contrastan con el apoyo sin fisuras de la dirección de la asociación de padres a los profesores que lleva denunciando dos años la falta de recursos materiales y humanos y el hacinamiento del centro. El centro, al tener conocimiento del acoso, convocó a los alumnos y sus familias, recomendó a los padres de la agredida que presentasen una denuncia ante la policía y, según el relato de los profesores, activó el procedimiento en caso de acoso.
A partir de la elaboración del informe surge la polémica. Los docentes aseguran que la inspectora hojeó el documento pero no se lo llevó, mientras que la Consejería de Educación ha abierto un expediente y ha apartado de sus funciones al director por no seguir el procedimiento. Este martes el encargado del centro ya no ha venido a trabajar. «En vez de investigarse a sí misma, la consejería utiliza de chivo expiatorio a los profesores», se lamenta Isabel Galvín, secretaria general de la Federación de Enseñanza de CC OO Madrid. El sindicato estudia tomar medidas legales contra Educación.
A las dos y media se va a celebrar el segundo claustro de los profesores de la semana. Se sienten perseguidos por la consejería -«los inspectores salieron del centro diciendo que el procedimiento había sido exquisito», se sorprenden- y ahora por las pintadas. La policía desconoce la autoría.
«Un señor me ha insultado por querer poner un cartel de Stop Bullying», se queja una adolescente, de otro centro, que conocía a la niña vejada. «Me dice que no enfrente a las familias».
Respaldo de la asociación de directores de instituto
La Consejería de Educación sancionó el lunes al director del centro y lo apartó temporalmente de sus funciones alegando que no avisó a la inspección educativa de que se había un caso de acoso escolar en el centro, como fijan el protocolo oficial para estos casos. El director, por su parte, señaló en un comunicado colgado en la web del instituto que tiene “la conciencia tranquila” por la labor realizada. Varios profesores del centro señalaron este lunes que sí se alertó a la inspectora, que no quiso llevarse la documentación del caso.
La asociación de directores de instituto de Madrid (Adimad) ha «exigido» a Educación que «reconsidere su inaceptable decisión de expedientar y suspender cautelarmente» al director. El colectivo, mayotario en los centros públicos de Madrid, acusa a la consejería de «la búsqueda de un chivo expiatorio para intentar confundir a la opinión pública y ocultar la evidencia del terrible efecto de varios años de recortes en la educación madrileña, máxime cuando todo indica que el centro cumplió escrupulosamente el protocolo establecido para estos casos».