CARLOS BAJO ERRO. EL PAÍS.- “Esta no es la libertad por la que hemos luchado. Estoy desolada #StopXenophobia (WM)”. Este mensaje, compartido por Winnie Mandela a través de su cuenta de Twitter, es uno de los más representativos de un movimiento que trata de reconstruir la convivencia pacífica de sudafricanos y ciudadanos procedentes de otros países del continente, después de un súbito estallido de violencia contra los inmigrantes en el país. De pronto, los conflictos sociales han hecho saltar por los aires la ficción del “país del arco iris” que se había impuesto en el imaginario internacional respecto al legado de Nelson Mandela. Y para contrarrestar esta corriente destructiva las redes sociales se han puesto manos a la obra para apuntalar una frágil construcción. Twitter y Facebook han sido la punta de lanza de un grito de respeto y unidad que se ha contagiado a todo el continente africano y a las comunidades de la diáspora.
La violencia se inició en la ciudad sudafricana de Durban a finales del mes de marzo y ha ido aumentando su intensidad hasta el punto que a estas alturas ha provocado siete muertos, al menos, 5.000 desplazados y se ha extendido a otras ciudades, como Johannesburgo. Mientras en la calle el tópico de que los extranjeros roban los puestos de trabajo y aumentan la delincuencia motiva el acoso a los migrantes y el asedio a sus negocios, en las redes los mensajes tratan de contrarrestar estas muestras de intolerancia. La primera llamada de atención llegó desde el extranjero, concretamente desde Kenia y a través de Twitter. El bloguero keniano Robert Alai abrió la puerta del hashtag #XenophobicSA.
La reacción fue tibia al principio, pero la respuesta en las redes sociales también ha sido progresiva. El pasado 14 de abril se produjo el estallido definitivo. La etiqueta mencionada como pionera en Twitter ha canalizado casi 100.000 mensajes desde ese momento, pero sobre todo fue el momento en el que despuntaron otros hashtags. #StopXenophobia ha superado los 38.000 mensajes, #SayNoToXenophobia ronda los 68.000 y #NoToXenophobia ha rebasado los 90.000.
Estos hilos de conversación en la red de microblogging ha propiciado que se compartan imágenes impactantes y sensacionalistas, las de sangrientas heridas o víctimas en llamas, las de inmigrantes armados para protegerse con el pánico en los ojos y las de los ataques o el pillaje de las tiendas. Sin embargo, también han sido el hilo conductor de menajes de solidaridad y de sensibilización.
En este contexto era inevitable la referencia a Nelson Mandela. Parece especialmente paradójico que Sudáfrica, que superó la época sombría del Apartheid, sea el escenario de una oleada de violencia contra los extranjeros. Por eso, los hashtags señalados se han nutrido de frases e imágenes del líder.
Las viñetas han dado el toque del humor crítico a las redes sociales y algunas, como la de un Mandela que ve cómo se destiñe su arco iris, han conseguido cierta repercusión. En todo caso, da la impresión de que estas visiones ácidas consiguen un impacto mayor que las fotografías sensacionalistas.
Algunos medios y organizaciones sudafricanas se han empeñado en animar estas iniciativas y en aportar un material argumental adaptado a los medios socials, material gráfico y atractivo, evidentemente. Es el caso de LeadSa, un portal dedicado a difundir “ideas inspiradoras”, o el de la fundación África 2.0, que ya a finales de enero lanzó una campaña a través de las redes sociales para mostrar el rechazo del continente a la violencia de Boko Haram.
Las víctimas de los ataques han sido fundamentalmente ciudadanos procedentes de Mozambique, Zimbabue, Malawi o Etiopía, es decir, ciudadanos africanos. Por ello, la idea de agresiones xenófobas ha sido sustituida en muchos casos con la de afrofobia. Y, por eso, los mensajes para neutralizar el rechazo al extranjero han sido el de la unidad del continente y el de la arbitrariedad de las fronteras. La diáspora sudafricana ha sido fundamental en este objetivo, intentando demostrar el valor de la hospitalidad a través de la página de Facebook de SAPeople en la que se muestran como extranjeros bien avenidos junto a sus vecinos-anfitriones. Los padres de las independencias y de las teorías panafricanas han dado el material para compartir en Twitter, la historia de los propios héroes sudafricanos como el Mandela exiliado y la fotos que demuestran que “todos somos extranjeros” en un momento u otro han completado el material.
El brote de violencia no es el primero, se repitieron sucesos similares en enero de este año y otro mucho más grave en 2008. En esta ocasión la estabilidad de toda la región austral se ha puesto en riesgo, con inmigrantes repatriados, pero también con intereses sudafricanos amenazados en todo el continente y con los propios ciudadanos del país no siendo bienvenidos en otros países cercanos como Mozambique. Las redes sociales están intentando ayudar a apagar el incendio y desplegar el potencial de superar las fronteras.