Levante.- «La carta de despido es tan evidentemente improcedente, que se convierte en una muestra de prepotencia y desprecio preocupante. Le despidieron sin razón cuando vieron que podía resultar una amenaza o una carga para los socios y directivos de la empresa (…) y le dejaron sin la más mínima indemnización, obligándole a acudir a la jurisdicción social, sabedores de la saturación que sufren juzgados y tribunales, lo que suponía diferir muchos meses el pago, ahondando en la actitud miserable de la empresa. La conducta de la empresa no solo afectaría a la garantía de indemnidad, sino que es parte de la conducta humillante de algunos directivos y socios de la misma, que le denigraban por su orientación sexual, llamándole “zorra”, besándolo en público de una manera que en ningún caso puede considerarse una broma o propalando el vídeo del beso entre todos los trabajadores de la empresa (permitiendo infinitas reproducciones y reenvíos masivos) para incidir en la humillación». Y remacha: «El despido es la culminación de su actividad acosadora».
Así de clara, contundente y dura contra los condenados es la sentencia del juez de lo Social 1 de València, lograda por el letrado Jesús Asencio en representación del despedido, A. R. R., en la que condena a una empresa valenciana fundada por dos italianos, Riba Mundo Tecnología, y a tres de sus directivos -uno de ellos es incluso socio- por ese despido declarado ahora nulo de un trabajador al que, afirma el juez sin paliativos, acosaron y «humillaron» durante meses por su orientación sexual.