El líder de la célula terrorista se había reunido con un ultra que tenía una granada. En el registro que se realizó en Valls se hallaron sacos vacíos de nitrato de amonio
MAYNA NAVARRO. EL PERIÓDICO.- A pocos les pasó desapercibido que entre las 11 personas detenidas por los Mossos d’Esquadra en la madrugada del miércoles en Barcelona y Tarragona había cinco marroquís, y otros cinco españoles, pero solo cuatro eran conversos. ¿Quién era el quinto español detenido que no se había convertido al islam? Se trata de un hombre de la extrema derecha a quien los Mossos intervinieron una granada de mano y munición de arma corta de distinto calibre y que en los últimos tiempos había contactado con el jefe de la célula yihadista, Antonio Sáez Martínez, para atentar contra un enemigo común: la comunidad judía.
Los contactos entre el ultra y Sáez, un peluquero de Sabadell convertido al islam hace unos años y rebautizado como Alí, no habían pasado de meras reuniones y entrevistas que se limitaban a ellos dos. Pero con un objetivo compartido, hacer daño a los judíos. A pesar de que este individuo no está integrado en la célula desarticulada, tanto los investigadores como el juez de la Audiencia Nacional que ha dirigido las pesquisas, Santiago Pedraz, entendieron que había indicios para arrestarle junto al resto de sospechosos.
SACOS DE NITRATO / Esa granada de mano y la munición para arma corta es el único material que se ha localizado en los 16 registros que realizaron los Mossos d’Esquadra. Además, de los sacos vacíos de nitrato de amonio que se descubrieron en uno de los registros en Valls, localidad de Tarragona en la que se detuvo al joven de 18 años nacido en Paraguay. Los 11 detenidos desfilarán durante el día de hoy ante Pedraz, quien ha tutelado una compleja investigación que arrancó hace 13 meses y que ha permitido, en palabras de los responsables de los Mossos, «evitar un atentado en Catalunya».
Pese a todo, el hecho de que el jueves se conociera a través de este diario la relación de los objetivos que habían seleccionado los presuntos terroristas provocó una gran inquietud en el colectivo policial. El cuartel general de Sabadell, Egara, la comisaría que tienen en la plaza de Espanya, el centro comercial Arenas, el Parlament y varios edificios emblemáticos de la plaza de Catalunya habían sido los puntos elegidos por la célula y de todos guardaban fotografías en sus móviles.
Por eso durante todo el día de ayer, y en algunas comisarías desde el miércoles, los mandos de cada turno aprovecharon las reuniones de novedades para explicar la operación que la Comisaría de Información había realizado contra una célula yihadista y para insistir en la necesidad de no bajar la guardia y mantener los niveles de autoprotección y seguridad impuestos desde que se elevó el nivel de alerta terrorista, tras los atentados de París de enero. La operación Caront se inició hace 13 meses y, como resaltó el jueves el comisario jefe de los Mossos, Josep Lluís Trapero, se trata de la investigación contra el terrorismo yihadista más importante de los últimos años.