El Periódico.- La Sección Primera de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha elevado hasta los 6 años y nueve meses de cárcel la condena a un ‘soldado’ de la banda latina denominada Dominican Don´t Play por atacar el 22 de agosto de 2023 en Madrid a un menor de edad, perteneciente a Los Trinitarios, con un machete de 59,5 centímetros, que instantes antes había comprado en un centro comercial. En concreto el condenado, que forma parte del denominado como «Capítulo 4 Chorros», -cuyos integrantes estan asentados en el distrito madrileño de Carabanchel-, propinó a su ‘rival’ varios machetazos en un brazo y en una pierna. La sentencia, de 26 de noviembre y a la que ha tenido acceso esta redacción, especifica que dos años y seis meses de la condena se atribuyen a un delito de lesiones; y cuatro años y tres meses a su pertenencia a una organización criminal.
Este integrante activo de Dominican Don´t Play, que no tiene ningún cargo de responsabilidad en la banda, desarrolló en los últimos años una actividad permanente dedicada a cometer hechos delictivos. Fue identificado y detenido por la Policía en once ocasiones desde el 28 de diciembre de 2020.
La sentencia inicial contra este pandillero, que era de 5 años y 6 meses de prisión, fue dictada por la Audiencia Provincial de Madrid. Y tanto en primera instancia como tras los recursos presentados, los magistrados resaltan «el rigor, la contundencia y la credibilidad del testimonio de la Inspectora, Jefa del Grupo XIII de la Brigada Provincial de Información-TI, que elaboró el informe» sobre los hechos. Según sus conclusiones, la reacción agresiva del condenado se corresponde «con una premisa básica de la banda, que es que cuando se detecta a una persona relacionada con una banda rival en territorio considerado propio hay que agredirle«. El oficio policial completa que la víctima también era «un miembro conocido de la banda rival»; y «que no había más razón para el ataque realizado que la rivalidad entre bandas». Por eso, la sentencia destaca que sería «incoherente que su agresividad respondiera a una actuación casual».
«Cinco parámetros»
Durante el juicio, la Inspectora declaró que el acusado mantenía hasta «cinco parámetros» que le vinculan con las bandas latinas. El primero es que ha sido identificado policialmente junto a otros miembros de la banda; pero también que usa simbología propia de la banda; fue detenido en actividades propias de la banda, por tenencia de machetes en una discoteca; fue interceptado portando armas blancas; al mismo tiempo que aparece en diferentes atestados policiales como miembro de esta organización criminal.
La agente puso de manifiesto que el lugar en el que se produjo la agresión es un territorio que reivindican como propio los Dominican Don´t Play, y que esta fue «gratuita, más allá de ser enemigos». También recordó que existe una norma que consiste en que cuando se detecta un miembro de una banda rival en territorio propio lo que hay que hacer es agredirle. Finalmente, dijo que el arma utilizada, un machete, es el símbolo por antonomasia de las bandas.
En su declaración también explicó que al día siguiente de los hechos enjuiciados hubo una venganza con tiroteo y utilización de machetes; en el que la víctima fue identificada «en varias ocasiones junto con el acusado; y que fruto de la presión ejercida por la Policía a los miembros de la banda para evitar que hubiera una escalada de violencia y la situación fuera a peor, se consiguió que el acusado se personara en dependencias policiales». Finalizó la inspectora su intervención en el juicio poniendo de manifiesto que las bandas son territoriales y necesitan ocupar un territorio. «Captan jóvenes, cuantos más mejor. Y una vez dominan el territorio, se dedican a menudeo, robos con violencia, lesiones, riñas tumultuarias, también estafas informáticas«.
Compró un machete
De esta forma, la Sala desdeña la versión de la defensa, que sostiene que las imágenes de las cámaras del centro comercial Islazul evidencian que el agredido había exhibido previamente una navaja; una amenaza que era, según esta versión, frecuente; y que este fue el motivo por el que decidió «comprar un machete con la finalidad de hacerle ver que él también iba armado y que no iba a amedrentarle«. También alegó que en las imágenes del exterior se observa que retrocede al ver la navaja de su rival y que, «al sentirse intimidado, es por lo que ataca».
Sin embargo, tanto la Audiencia madrileña como el TSJ destacan que en las grabaciones «no se aprecia el menor atisbo de agresión ilegítima [de la víctima], sin que, a excepción del acusado y de su acompañante, nadie haya dicho haber visto ni menos aún hallar en el lugar de los hechos -al que acudieron agentes para atender al herido- navaja de ninguna clase». «Lo cierto es que en las imágenes de las cámaras del Centro Comercial, cuando el acusado se da cuenta de la presencia de la víctima, lo que hace es ir corriendo a comprar un machete«, completa la sentencia.