Zamora24h.- La Audiencia Provincial de Zamora ha acogido este lunes el juicio contra un acusado de un delito de odio por unos hechos que ocurrieron en los alrededores del parque de San Martín de Zamora capital el 15 de abril de 2022, en la madrugada del Jueves al Viernes Santo.
Durante el juicio, el acusado ha negado los hechos y ha mostrado su disconformidad con los mismos, señalando que esa noche iba con un amigo a coger un taxi y había bastante gente a la espera del vehículo. Según el acusado, cuando ha llegado el taxi, dos grupos de chicas han querido cogerlo a la vez y han comenzado una discusión entre los dos grupos; se comenzaron a proferir insultos y el taxista se marchó sin coger a ninguno de los dos, mientras que una chica ha agarrado a otra de los pelos y escuchó insultos como “negra” o “lesbiana de mierda”. Incidió en que luego intervinieron chicos en la pelea y fue cuando él se metió a separar. Asimismo, ha negado que portase una navaja, ha destacado que nunca profirió insultos y que desconoce por qué lo identifican a él. Concluyó su intervención relatando que una chica lo agarró por el cuello, la sujetó y ambos cayeron al suelo, afirmando que no vio ningún móvil en el suelo.
Una de las jóvenes víctimas, por su parte, ha resaltado que estaba en la capital con su expareja y relató que cuando fueron a coger el taxi hubo un enfrentamiento con otro grupo porque los dos grupos de chicas intentaban tomar el mismo taxi. Fue entonces cuando comenzó a escuchar insultos como “puta negra de mierda” o “puta bollera” y le empezaron a pegar. Esta joven ha señalado que, después de que empezó la pelea con la chica, el acusado empezó a pegarle y a darle patadas, resaltando que hubo un momento en el que sacó una especie de puñal y afirmando que fue él uno de los que la tiró al suelo y le robó el teléfono, así como que de los hombres presentes, él fue el primero en dar una “ostia”. “Él fue el que me dio los golpes, me insultó y me robó el móvil”, recordando que una persona la liberó de la agresión y que, una vez que todo se calmó, llegó una patrulla de la Policía, a la que le contaron lo sucedido, pero que las ignoró y no les hizo caso. Posteriormente, identificaron al acusado a través de redes sociales.
Por su parte, el agente instructor del atestado y el secretario se han ratificado en el mismo, señalando que no hay constancia de intervención policial, que solo se identificó al acusado y que no colaboró mucha gente, sin haber podido conseguir recabar nada más.
Durante el juicio también ha declarado el amigo que iba con el acusado esa noche, resaltando que su amigo intervino para separar, y que no vio ninguna navaja ni ningún móvil en el suelo.
Por último, declaró una joven conocida del acusado, quien vio los hechos y resaltó que vio cómo el acusado retiraba a un agresor que estaba pegando a una chica y se lo llevaba a otra acera.
Por estos hechos, el Ministerio Fiscal ha mantenido las penas para el acusado y solicita 18 meses de prisión por un delito de odio, así como nueve meses de multa con una cuota diaria de 10 euros; siete años de inhabilitación especial para profesión u oficio educativo en el ámbito docente, deportivo y tiempo libre, así como la prohibición de aproximación a dos de las víctimas.
Además, la Fiscalía solicita por cada uno de los dos delitos de lesiones leves tres meses de multa con una cuota diaria de 10 euros y por el delito leve de hurto otros tres meses de multa con cuota diaria de 10 euros.
Estas penas se mantienen debido a que la Fiscalía considera que la declaración de la víctima ha sido persistente durante todo el proceso en lo esencial, es un testimonio que se ha relatado con cierta lógica y no hay duda de que se profirieron insultos, hubo lesiones y nadie duda de que fuera agredida. Así mismo, considera que no hay ningún motivo espurio que permita dudar de que fuera otra persona en vez del acusado, ya que no tenían ningún tipo de amistad ni relación, habiendo permanecido siempre la incriminación, zanjando que esas expresiones humillantes y vejatorias han sido vertidas en público por el color de su piel o por su orientación sexual.
Por su parte, la abogada de la defensa ha solicitado la libre absolución del acusado, alegando que este no ha negado que interviniese en la pelea, pero solo para separar, y mantiene su declaración. En este sentido, ha alegado que es un delito muy grave y la joven tiene una versión contradictoria sobre cuándo comienzan los insultos, así como que la Fiscalía da por hecho que el acusado ha sido el agresor cuando no lo ha sido. Finalmente, ha concluido que no hay constancia de intervención policial, tampoco de que hubiera una navaja, y hay incongruencias claras, y que el acusado “en buena fe participó para disuadir”.
El acusado, haciendo uso de la última palabra, ha señalado que es una persona con valores, que siempre ha respetado a todo el mundo y que nunca ha proferido ese tipo de insultos. El juicio ha quedado visto para sentencia.