Nidia Represa, estudiante de 21 años, plasma su experiencia en ‘Bajo mi piel’, novela donde la protagonista, Mara, desvela las fases psicológicas de una víctima. «No lo denuncié porque no tenía los medios para hacerlo», confiesa Nidia, que tuvo que soportar el acoso durante la educación secundaria. “No nos enseñan en los colegios e institutos a demostrar que sufrimos ‘cyberbullying’”, un nuevo acoso ‘online’ que se está extendiendo.
JOSETO PALAZÓN. 20minutos.es.- Nidia Represa, una estudiante de 21 años, se estrena como escritora con una novela que tiene mucha de ella. Bajo mi piel, editada por ViveLibro, es una historia en la que a través de los ojos de la protagonista vivimos el drama del bullying, o acoso escolar, que sufrió Nidia en el instituto. El drama de Nidia, que ahora estudia el grado en Psicología en la Universidad Camilo José Cela de Madrid, empezó a los 13 años, cuando en un colegio madrileño (la familia prefiere no desvelarlo) algunos compañeros de clase se aliaron contra ella. Se convirtió en una víctima del acoso escolar, pero superados sus miedos, esta joven ha decidido plasmar su experiencia en un libro de algo más de 300 páginas.
Muchos profesores creen que son bromas sin importancia, cuando detrás se esconde el acoso “No lo denuncié en ese momento porque no tenía los medios para hacerlo”, confiesa Nidia que tuvo que soportar el acoso durante el segundo y tercer curso de la educación secundaria. “Se metían con algunos de mis rasgos físicos y mis gustos”, confiesa Nidia, que prefiere no ondear demasiado en el pasado. Los profesores “no querían darse cuenta o miraban a otro lado”.
Nidia sostiene que la sociedad está más concienciada, pero que «falta mucho por hacer», por lo que se refiere a que los centros educativos creen guías y protocolos ante casos de bullying, asegura. Y cree que los profesores no saben cómo actuar ante los casos de bullying porque no están formados. “Muchos creen que son bromas sin importancia, cuando detrás se esconde el acoso”. La protagonista del libro se llama Mara y, a través de ella, se desvela las fases psicológicas por los que pasa una víctima de acoso escolar.
Todos los protagonistas de la novela están basados en la historia personal de Nidia, aunque ella ha dejado claro que la novela es inventada. “No solo se explica en el libro el momento del acoso, sino se hace mucho hincapié en lo que después ocurre”, aclara Nidia que se arrepiente de no haberlo contado en su momento y que anima a los más de 500.000 escolares que sufren bullying, que lo confiesen a sus padres.
«Los padres tiene que saber cómo actuar y no perjudicar aun más a su hijo. Deben hablarlo con el tutor o el jefe de estudios del centro». ‘Cyberbullying’ Una de las caras oscuras de las redes sociales es el cyberbullying, que está ganando terreno en las aulas. “No nos enseñan en los colegios e institutos a demostrar que sufrimos cyberbullying”, afirma Nidia, que este nuevo acoso online se puede justificar con fotografías, comentarios y capturas de pantallas, cosa que no ocurría con el tradicional, a no ser que te arropara un compañero de clase.
No nos enseñan en los colegios e institutos a demostrar que sufrimos ‘cyberbullying'»Después de todo, descubrí que mi compañera de clase me defendía a mis espaldas», confiesa, a la vez que destaca que otros compañeros lo sabían y no hacían nada al respecto. En este campo, la psicología lo define como acosadores pasivos», asegura Nidia, que está participando en un proyecto de investigación, junto a la pediatra Amaya Angustias Salmerón del Hospital de La Paz, sobre una guía clínica sobre el acoso escolar, pero que aun no es oficial.
Nidia estuvo asistiendo a terapia psicológica durante dos años. Pero ahora está recuperada y mantiene el contacto con su psicóloga. Además de sus estudios universitarios, tiene un espacio cultural en el programa radio Mitomanía junto a su hermana, es voluntaria de Cruz Roja española y la Fundación MHG, administra un blog y un canal literario. Las terapias, dice, le han ayudado a ser más extrovertida porque durante la época en la que fue víctima de acoso se “cerró mucho en ella misma” y desconfiaba de todo el mundo.
