ABC.- La Plataforma por la Libertad Lingüística ha valorado la nueva Ley de Libertad Educativa del Gobierno autonómico de Carlos Mazón como un «freno y marcha atrás frente a la discriminación de los hispanohablantes por parte de nacionalismos excluyentes». Aunque ha anunciado que pedirá mejoras de la norma, de entrada la califica como «gran victoria».
La norma «empieza a revertir el borrado del español en la enseñanza, por donde la ley y el Gobierno anteriores caminaban con paso firme», según su apreciación, que argumentan con muchos detalles: «Se estaba intentando eliminar en todas partes, en la cartelería, en los nombres de los pueblos, instituciones y comercios, así como en los centros educativos, verdadera avanzadilla de este proyecto discriminatorio y disolvente».
Alineados desde su fundación en Alicante en la reivindicación de la libre elección de la lengua de la enseñanza en las aulas, esta agrupación de docentes ha puesto el acento en el rechazo que ha suscitado esta reforma legislativa -que deroga la anterior Ley de Plurilingüismo– en el entorno afín al independentismo. «Basta con ver la reacción hiperventilada de los partidos, sindicatos y asociaciones pancatalanistas y de otros nacionalistas periféricos para darse cuenta de que es un golpe a la línea de flotación de las políticas identitarias».
A pesar de que consideran «exagerado» considerar a la nueva norma como de libertad plena para las familias en la escolarización de sus hijos, ya que tendrán que seguir aprendiendo en otras lenguas distintas a la suya materna porcentajes importantes del horario lectivo, esta plataforma incide en su análisis en las connotaciones política que trascienden del ámbito educativo, en referencia a la inmersión lingüística.
«Esta ley supone la ruptura de la Comunidad Valenciana con el proyecto (muy avanzado) del Gobierno del Botànic para la integración de nuestra comunidad en los siniestros e inexistentes ‘países catalanes‘», interpretan.
A su juicio, los nacionalistas de esta coalición de Compromís con el PSPV-PSOE liderado en las dos anteriores legislaturas por Ximo Puig «aborrecen la libertad y, especialmente, la libertad de elección de lengua, porque quieren imponer la lengua a los demás, no quieren que se sepa cuál es la voluntad de los valencianos sobre la lengua de enseñanza».