ÍÑIGO ARRÚE. DIARIO DE VALLADOLID.- En la sombra, sin meter ruido, sin estridencias como la llamada del muecín a la oración, la Comunidad Islámica de Valladolid no para de crecer. Ya son 4.000 en la provincia, el doble que en 2007 y cuatro veces más que en 2002, cuando se creó esta entidad local musulmana.
La cifra de 4.000 fieles la aporta el presidente de la Comunidad, Zaki Zayed, según las estadísticas de la Delegación del Gobierno, y aunque no la pone en duda, sí matiza que hay «mucho movimiento de personas», por lo que la estimación está sujeta a variables.
En cualquier caso, sí es una realidad que los seguidores de Alá en Valladolid son cada día más numerosos y que las dos mezquitas existentes en la capital, en Pajarillos y en Delicias, ya se están quedando pequeñas. Por esta razón, la Comunidad Islámica está ultimando estos días su tercera mezquita en un local del barrio de la Rondilla.
Zayed asegura que se abrirá en breve, aunque aplaza dar a conocer su ubicación exacta hasta que ya tengan aprobadas todas las licencias municipales, y ultimados los enganches de agua y electricidad. Definida por el iman como «lugar de culto», la mezquita de Rondilla tendrá como principal cometido atender las necesidades de la primera oración del día –son cinco preces– de los musulmanes de la zona norte de la ciudad.
«Muchos fieles nos pedían que se abriera un templo por Rondilla, ya que nos les daba tiempo a llegar a las oraciones de las mezquitas de Delicias o Pajarillos de primera hora, a las 6.30 o a la 7 de la mañana, porque tenían que atender sus quehaceres de casa, el trabajo o del colegio de los niños», explicó Zayed.
La nueva rábida no implicará el cierre de las dos existentes. Todo lo contrario. Los mahometanos cuentan en la actualidad con una mezquita en la calle Granada, 23, en Delicias, y otra en la calle Rincón de Esgueva, junto a la calle La Salud. Se llama ‘Mezquita de la Paz’, tiene puertas diferenciadas para varones y mujeres, y es y seguirá siendo el lugar de culto de referencia para la oración de las dos de la tarde de los viernes, día sagrado para los islamitas.
Esos días concentra fácilmente 400 fieles en las oraciones y es también el lugar donde mayormente los musulmanes se recogen para vivir el Ramadán, que este año se celebra en el mes de julio.
La nueva mezquita, que será de alquiler, no es el único proyecto de los seguidores del Corán de Valladolid. A medio plazo prevén construir un cementerio propio para inhumar a los suyos en las condiciones que impone su credo. «No pensamos en un reservado de los camposantos existentes, sino en un uno independiente. Para ello estamos en fase de recabar fondos y comprar un terreno cercano a Valladolid», explicó Zayed.
La necesidad de una necrópolis musulmana –que será la primera de Castilla y León– viene impuesta por el alto coste de repatriar a los cadáveres, un gasto por encima de los 7.000 euros, y además observa con mayor rigor la tradición profética, que aconseja enterrar a un musulmán en el cementerio de la ciudad donde murió. Como manda el credo, el cadáver, envuelto en tela blanca, se deposita directamente en la tierra, recostado sobre el lado derecho y con la cara dirigida a La Meca. El Islam reprueba el embalsamamiento, la cremación y los monumentos funerarios.
