El País.- Un joven de 17 años ha resultado herido la madrugada de este jueves tras recibir varias heridas de arma blanca en la calle de Pinzón, en el distrito madrileño de Carabanchel. Según las primeras pesquisas, podría tratarse de una reyerta entre bandas juveniles, ya que la víctima tiene relación con los Dominican Don’t Play, pero la investigación todavía está en una fase muy germinal como para saber si esa ha sido la motivación. El menor ha sufrido cuatro heridas, tres de ellas superficiales y una cuarta, la más grave, en el brazo.
El Samur ha recibido el aviso de una posible agresión sobre las tres de la mañana. A su llegada, ha encontrado al muchacho tendido en el suelo con abundante sangre, ya que una de las cuchilladas que ha recibido había penetrado bastantes centímetros. Esa puñalada estaba localizada en el antebrazo izquierdo, por lo que podría indicar que la víctima ha tratado de defenderse y ha sido cuando ha recibido la cuchillada. Los servicios de emergencia han atendido al chico, lo han estabilizado y, posteriormente, lo han trasladado al hospital Clínico con preaviso. Una vez en el centro hospitalario han dictaminado que necesitaba una intervención quirúrgica, pero no se teme por su vida.
El chico tiene 17 años y en su expediente constan algunas identificaciones y relaciones con miembros de la banda juvenil Dominican Don’t Play. Por este motivo, una de las primeras hipótesis es que los agresores pertenezcan a la organización contraria, la de los Trinitarios. En la zona en la que han ocurrido los hechos hay varios coros, como llaman los pandilleros a los grupos en los que se dividen, y centros de reunión de bandas, en concreto entre Vista Alegre y Carpetana. Todavía se desconoce si los atacantes han abordado al chico en esa vía o bien el joven ha podido correr unos metros hasta allí después de ser herido.
Debido a la naturaleza del ataque, ha sido la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional la que se ha hecho cargo de la investigación. El siguiente paso será investigar la existencia de cámaras de seguridad en la zona que hubieran podido captar la agresión o la huida de los atacantes. Como siempre sucede en estos casos, la toma de declaración de testigos será complicada porque siempre hay un manto de silencio alrededor de los asuntos de bandas juveniles.