La Ser.- Vigo. “Maricona, zorra, puta, la merde, maricón, hijo de puta, tus muertos…” Estos son sólo algunos de los insultos que Juan Manuel, un vecino del Casco Vello ha tenido que soportar de su vecino durante cinco años. Y los soportaba porque dice, “yo lo veía mayor y por respeto no lo denunciaba”. Nos lo explica ahora que sí lo ha hecho. Pero una vez que esos insultos se volvieron agresión.
Sucedió el pasado día 27 de octubre. Juan Manuel pidió a su vecino que dejase los insultos y a cambio recibió numerosos golpes con una muleta. Golpes en genitales, estómago y en el brazo que utilizó para defenderse. Golpes que aún le duelen y por los que sí ha interpuesto una denuncia.
Echando la vista atrás, sabe que debió haber ido antes a comisaría, por eso anima a quien esté en esa situación a hacerlo. “Que denuncien al momento, no a la segunda o a la tercera, sino al primer insulto sobre su condición sexual, que no sufran lo que yo he sufrido”.
Aumento de agresiones homófobas en Vigo
Por eso también da un paso más y para visibilizar los delitos de odio que, según denuncia la asociación «Nós Mesmas» siguen creciendo, este martes 7 participará en la concentración convocada contra las agresiones homófobas. Estará él y todos sus vecinos. “Todos acudieron a auxiliarme cuando grité e irán a declarar al juzgado”, explica. Se siente arropado, de hecho ya le habían aconsejado que denunciase. No lo hizo, no a tiempo, porque el suceso, más allá del dolor físico ha supuesto para él un trauma emocional. Por eso quiere visibilizarlo.
Otra cosa es el proceso judicial. Para eso cuenta y confía en el asesoramiento de «Nós Mesmas». En una primera vista con la juez solo se presentó el primer parte, el de la Policía, que ya recogía lesiones, pero no se dictó orden de alejamiento. Por eso ahora han ampliado la denuncia con los partes del hospital Álvaro Cunqueiro.
En todo caso, el presunto agresor ha abandonado ya la vivienda. Juan Manuel está algo más tranquilo “aunque cuando vi que llegaban unos señores, pensé que les había pagado para pegarme, pero no, eran los de la mudanza”.