El Periódico.- Paolo Bellini, un exintegrante del ilegalizado grupo neofascista Avanguardia Nazionale y asesino a sueldo de la Ndrangheta calabresa, ha sido detenido este jueves, después de que la justicia italiana detectara que estaba planeando nuevos posibles homicidios, según ha informado la prensa transalpina. El caso ha suscitado atención en Italia por el perfil criminal de Bellini, condenado el año pasado en primera instancia como uno de los autores del atentado de Bolonia (1980), el peor y aún oscuro de la historia italiana desde la Segunda Guerra Mundial.
Según la información difundida, la Fiscalía de Apelación de Bolonia habría encontrado pruebas y realizado interceptaciones telefónicas que probarían que Bellini tenía la intención de atentar contra la vida del hijo del juez Francesco Maria Caruso, a cargo del juicio por su implicación en el atentado de Bolonia, y de su exmujer, Maurizia Bonini. Esta última fue una de los principales testigos en ese mismo proceso que acabó con la condena en su contra.
El caso ha suscitado particular interés al ser Bellini una de las figuras que más interrogantes siguen despertando sobre los trágicos años de Plomo en Italia, un periodo marcado por una ola de violencia de ultraizquierda, extrema derecha y terrorismo político. “El exasesino negro confesó primero una larga serie de homicidios políticos y luego mafiosos, desde 1975 al año 2000”, relató, en este sentido, la revista italiana L’Espresso. Por ejemplo, en 1976, Bellini «mató a tiros a un estudiante de izquierdas, pacifista y desarmado, en la víspera de las elecciones», recordó el semanario.
Múltiples caras
“Paolo Bellini es un personaje de múltiples facetas, con un pasado que abarca desde el terrorismo hasta el crimen organizado”, señaló, en la misma línea, el diario económico Il Sole 24 Ore. “Ha sido descrito como un hombre de mil rostros: ladrón de muebles antiguos, estafador, autor de homicidios y piloto de aviones”, continuó el rotativo.
De ahí de que algunos observadores estén incluso especulando sobre la posibilidad de que el arresto aporte nuevos elementos a la hipótesis de la llamada “estrategia de la tensión” de la década de los setenta. Este es el término con el que se conocen una serie de tácticas —principalmente, desinformación, actos de cariz terrorista y uso de agentes provocadores—, presuntamente usados por los Gobiernos italianos para manipular la opinión publica en esos años.
El atentado de Bolonia, ocasionado por la explosión de una bomba en la estación de trenes de esa ciudad del norte de Italia, mató a 85 personas e hirió a otras 200. En la investigación que llevó a la última detención de Bellini participaron diversos cuerpos policiales italianos, entre ellos la Guardia de Finanzas, la Policía y la Dirección de Investigación Antimafia.