El País.- La policía brasileña ha detenido en dos meses y medio a 368 jovenes y adolescentes por amenazar en con atacar escuelas o organizar planes concretos en ese sentido. Es un recuento que comenzó tras la matanza de cuatro niños en una guardería de Blumenau (Santa Catarina), el pasado 5 de abril, un crimen que conmocionó a Brasil y llevó al Gobierno a emprender, junto a la policía, la operación Escuela segura.
Los esfuerzos desplegados por las autoridades pueden reducir el riesgo pero eliminarlo del todo es imposible. Este lunes un exalumno de 21 años mató a tiros a dos adolescentes en un colegio de Cambé (Paraná). Detenido y encarcelado, este miércoles lo han hallado muerto en su celda, donde estaba recluido con un sospechoso de ayudarle a planificarlo.
Más de la mitad de los casi 370 arrestados por revelar en redes sociales su intención de causar el terror en colegios fueron localizados en los días posteriores a la matanza de Blumenau, que causó especial conmoción al producirse solo una semana después de un asalto que en el que murió una profesora en São Paulo. El ministro de Justicia, el antiguo juez Flávio Dino, proclamó entonces que Brasil sufría “una epidemia” de violencia en las escuelas. El goteo de detenciones ha continuado, según informa el diario O Globo, que añade que hay unos 4.000 agentes implicados en la operación.
Además, otros 1.500 chavales han sido interrogados en comisaría como sospechosos de pertenecer a grupos extremistas. Los de ideología ultraderechista tienen especial presencia en el sur de Brasil, en las regiones más blancas del país, pobladas por descendientes de inmigrantes alemanes o del resto de Europa. La policía investiga dentro de esta operación otros 3.000 casos de amenazas individuales.
Las víctimas del ataque del lunes son una chica de 17 años, Karoline Alves, y un chico de 16, Luan da Silva, que eran pareja. Ella murió en el acto; él tras agonizar un día en el hospital gravemente herido. El asesino era un hombre de 21 años, antiguo alumno de la escuela, que entró con un revolver del 38 y siete cargadores, pero poco más se sabe sobre él, sus motivos o el modus operandi porque los principales medios brasileños han decidido, siguiendo las recomendaciones de especialistas, centrar su cobertura en las víctimas para evitar cualquier glorificación de los perpetradores y frenar el efecto imitación.
La matanza de Blumenau llevó al grupo mediático Globo, el principal del país, y a otros medios como el diario Estadão, a anunciar que no publicarán imágenes ni el nombre de los que atacan colegios, a menudo antiguos alumnos que se sienten maltratados, incomprendidos o han sido contaminados por ideologías extremistas que instan a aniquilar al otro.