Púbico.- La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha anunciado este martes que Irán ha ejecutado a 209 personas en lo que va de año. Los dos centenares se corresponden con presos que fueron condenados a la pena capital.
La portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Ravina Shamdasani, ha calificado los datos como «aterradores», si se tiene en cuenta que es probable que el número real sea mayor dada la ausencia de estadísticas oficiales sobre el asunto. Durante una rueda de prensa en Ginebra, la portavoz ha pedido al país de Oriente Medio que se detengan las ejecuciones.
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También el jefe de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, ha transmitido su abatimiento por la cifra «espantosamente elevada». «En lo que va de año, una media de más de diez personas son ejecutadas cada semana en Irán, lo que convierte a este país en uno de los que más ejecuciones lleva a cabo en el mundo», estimó.
Además, el austríaco ha anunciado que si no se frenan las ejecuciones el número podría rondar los 580 ejecutados de 2022, una cifra «abominable», dado el «creciente consenso» a nivel mundial para abolir la pena de muerte.
Los grupos minoritarios, los más afectados
La ONU llama la atención sobre la especial incidencia que la pena de muerte tiene sobre las minorías. De las 45 personas que han sido ejecutadas durante los últimos 14 días, 22 eran baluches. La portavoz ha puesto como ejemplo al ciudadano Habib Chaab, integrante de la minoría ahwazí. De nacionalidad sueca e iraní, fue acusado por «corrupción en la tierra».
La imposición de la pena capital a raíz de herejías y blasfemias también son comunes en el estado iraní. Este lunes las autoridades ejecutaron a dos presos acusados de «insultar al islam y a Mahoma» y «profanar el Corán».
Dentro de las 209 personas, muchas fueron detenidas por tráfico y posesión de drogas. El Comité de Derechos Humanos de la ONU nunca apoya una condena a muerte, pero califica como aún mas graves aquellas que se imponen por delitos leves relacionados con las drogas.
El organismo recoge una prohibición rotunda sobre la condena a pena de muerte para aquellos delitos que no estén marcados como muy graves. «Imponer la pena de muerte por delitos de drogas es incompatible con las normas y estándares internacionales en materia de Derechos Humanos», ha remarcado Turk. El Jefe del Comité ha pedido a las autoridades de Irán que ralenticen estos procesos hasta acabar aboliéndolos por completo.