EUROPA PRESS.- Al menos cuatro personas –dos miembros de las fuerzas de seguridad y dos fieles que acudieron a una sinagoga– han muerto después de que un miembro de la Guardia Nacional de Túnez haya perpetrado varios tiroteos en la isla de Yerba, situada en el este del país africano, según han confirmado las autoridades.
El atacante, muerto por disparos de agentes tunecinos, era un miembro de la Guardia Nacional que utilizó su arma reglamentaria para abrir fuego contra uno de sus compañeros, acabando con su vida, antes de desplazarse a la sinagoga de Ghriba, tal y como ha especificado el Ministerio del Interior tunecino.
Al llegar al lugar, el hombre abrió fuego de manera indiscriminada contra los agentes de seguridad allí desplegados, matando a uno de ellos y a dos personas que visitaban el templo, aunque sin llegar a ingresar en la sinagoga. Hay además al menos nueve heridos de distinta gravedad, cuatro de ellos civiles, que han sido trasladados al hospital para ser atendidos.
El Ministerio de Exteriores tunecino ha confirmado además que uno de los dos civiles fallecidos es un ciudadano francés de 42 años, si bien las autoridades de Francia no se han pronunciado por ahora sobre este extremo. La Embajada de Francia en Túnez ha pedido a sus ciudadanos que «permanezcan en su lugar de residencia y atentos a las informaciones oficiales», al tiempo que ha abierto una «célula de crisis» y ha facilitado un número de emergencia.
La sinagoga de Ghriba es el templo judío más antiguo que aún se mantiene en pie en África, y es un punto de peregrinaje común en Túnez en estas fechas –el lunes y el martes se celebró la fiesta judía de Lag Ba’omer– con unos cientos de personas que estaban dentro del templo en el momento del ataque, según informa la emisora Mosaique FM, que además cifra en cerca de 5.000 las personas que visitaron la sinagoga en los últimos días, citando a los organizadores de las celebraciones.
Aunque el atacante no logró entrar en su interior, vídeos compartidos en redes sociales muestran a los fieles dentro del templo escuchando los disparos y tratando de averiguar qué estaba ocurriendo, después de que parte del dispositivo de seguridad bloquease las entradas mientras en el exterior se producía el enfrentamiento con el atacante.
El Ministerio del Interior tunecino ha recalcado además que «la sinagoga y sus alrededores han sido acordonados y todo el mundo presente en el interior y en el exterior se encuentra seguro», al tiempo que ha confirmado la apertura de una investigación «para esclarecer los motivos de este ataque traicionero y cobarde».
El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, ha lamentado el incidente y ha trasladado sus condolencias al pueblo tunecino. «Estados Unidos lamenta el ataque en Túnez coincidiendo con la anual peregrinación judía que lleva a los fieles de todo el mundo a la sinagoga de Ghriba», ha manifestado en su cuenta en la red social Twitter, antes de aplaudir la «rápida acción de las fuerzas de seguridad tunecinas».
La sinagoga de Ghriba fue objetivo de un atentado en 2002, más tarde reivindicado por Al Qaeda, cuando un camión cargado de explosivos estalló frente al templo, matando a 21 personas. Desde entonces, la sinagoga cuenta con un gran dispositivo de seguridad durante todo el año, pero especialmente en ocasiones como esta, en la que cientos o incluso miles de fieles acuden para sus celebraciones religiosas.