Heraldo de Aragón.- El Balsas Picarral-Unión La Jota de Juvenil Preferente acabó con “patadas, puñetazos y empujones”, según el acta arbitral. Una de ellas fue denunciada ante la Policía Nacional.
Nuevo episodio de violencia en el fútbol base aragonés. El partido de Juvenil Preferente que enfrentó el pasado domingo al Balsas Picarral y al Unión La Jota Vadorrey en el campo del primero acabó con varias agresiones y una invasión de campo por parte de aficionados de ambos conjuntos, según refleja el acta arbitral. Este documento cuenta hasta seis jugadores lesionados como consecuencia de los incidentes, tres por cada equipo. Uno de ellos, del Vadorrey, denunció la agresión ante la Policía Nacional, al identificar sus compañeros claramente al agresor.
El choque se desarrolló por cauces relativamente normales en un partido de juveniles, aunque con algo de tensión tanto en el césped como en la grada. El resultado fue de 0-0 durante buena parte del choque, hasta que en el minuto 88 se adelantó el Balsas. Solo un minuto después empataron los visitantes. Fue en esos momentos cuando los ánimos se comenzaron a calentar en exceso. Hubo un jugador visitante que fue expulsado por mostrar una “actitud amenazante” ante el colegiado. También uno de los técnicos del Unión la Jota vio la tarjeta roja por sus protestas al colegiado.
Unos pocos minutos después, cuando el árbitro pitó el final del partido, se desencadenaron los hechos más graves, ya que se produjo “una invasión masiva del campo por parte de aficionados de ambos clubes”, según el acta que redactó el colegiado. “En dicha multitud (un centenar de personas junto a los jugadores) se enfrentan aficionados de ambos clubes a jugadores adversarios. Se producen una serie de agresiones repetidas, con patadas, puñetazos y empujones entre aficionados”, apunta.
El árbitro, en su escrito, también dice que las autoridades y los directivos de los dos clubes “intentan mediar entre las partes para que no vaya a más”. “Debido a la cantidad de gente, es prácticamente imposible que pudieran controlar a todos ellos, pero actúan dentro de sus posibilidades. Varios jugadores de ambos equipos quedan lesionados tras este altercado. Ninguno de los integrantes que participan en este altercado puede ser identificado”, concluye el acta.
Sin embargo, uno de los agresores sí que fue supuestamente identificado. Los jugadores y el cuerpo técnico de la Unión La Jota Vadorrey afirman que vieron con claridad quién fue el autor del puñetazo que sufrió su portero, que recibió un fuerte golpe por detrás entre la nuca y la sien. Estos miembros del club de Vadorrey conocían al presunto agresor, menor de edad, por lo que el jugador presentó una denuncia ante la Policía Nacional en la que adjuntó el parte médico que le dieron en la clínica donde fue atendido.
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Adrián Luis, presidente del Unión La Jota Vadorrey, señala que el chaval sufrió “mareos” en las horas posteriores al partido, pero que ahora está bien. Además, hubo otro jugador de este club que presuntamente recibió otro puñetazo por detrás, en este caso en el labio. Esta agresión no acabó en denuncia ante la Policía, pero sí requirió atención médica. El acta arbitral refleja otro lesionado de la Unión La Jota Vadorrey, pero el presidente del club le resta importancia y señala que fue por lances de juego.
En su escrito sobre el partido, el árbitro también incluye otros tres lesionados del Balsas Picarral, en la pierna, la espalda y la cabeza, supuestamente por el tumulto que se organizó al final del partido.
Joaquín Lambán, director deportivo del equipo gualdinegro, asegura que la gente que entró al campo en un primer momento “no pertenecía a ningún club”. No niega que hubiera agresiones, pero las desvincula de cualquiera de las dos entidades, que guardan “muy buena relación”. “No pasó a mayores porque salió nuestra directiva y se calmó todo”, apunta Lambán, quien sí que critica, sin embargo, el “ambiente de crispación” que provocaron “cuatro o cinco papás del equipo visitante” desde el inicio del partido.
Desde la Unión La Jota Vadorrey niegan que sus aficionados o jugadores agredieran a los chavales del equipo contrario, y apuntan a que las supuestas lesiones que refleja el árbitro de jugadores del Balsas fueron incluidas en el acta a posteriori como “un intento de igualar responsabilidades en las agresiones”. Para tratar de demostrarlo, han presentado pruebas documentales a la Federación Aragonesa de Fútbol, cuyo comité de competición debe determinar en los próximos días si se adopta algún tipo de sanción con los jugadores, entrenadores o clubes afectados por los incidentes.