La Vanguardia.- Este caso marcó «un antes y un después» en la persecución de estos ataques homófobos, al personarse el Ayuntamiento y la Generalitat como acusadores particulares.
Fue el primer ataque a un joven gay registrado por el Observatori contra l’Homofobia de Catalunya en el metro de Barcelona que llegó a juicio.
Unos hechos que se remontan a cuatro años atrás (enero de 2019) y en los que un joven homosexual recibió una brutal paliza en el vestíbulo del metro de Urquinaona, propinada por tres personas (uno menor) que se mofaron de él por su condición sexual.
El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya acaba de confirmar ahora la condena de 3,6 años de prisión para uno de esos agresores homófobos -(la causa del menor siguió otra vía, con una condena de 20 meses) como autor de un delito de agresiones con la agravante de actuar con discriminación por razón de la orientación sexual. El segundo agresor no pudo ser identificado.
Hechos probados
El relato de lo ocurrido en la sentencia revela la brutalidad y menosprecio demostrado por el acusado
La sentencia del TSJC confirma, al detalle, los hechos tal y como se consideraron probados en un anterior fallo de la Audiencia de Barcelona. Un relato que destapa el calvario sufrido por este joven por el simple hecho de ser gay en un viaje de metro.
La víctima se dirigía a su trabajo. Cuando entró en el vagón esos tres jóvenes ya estaban en ese habitáculo. “La víctima -recoge la sentencia- llevaba una camiseta con el estampado de un oso e impreso en inglés el texto ‘Dime guapo y aliméntame’”.
El menor de edad se sentó al lado de ese pasajero “y se le recostó sobre su hombro» Y continúa: «En tono de mofa empezó a realizar gestos afeminados, que fueron jaleados con risas por el resto de los acusados, obrando todos ellos con la intención de ridiculizar ante el resto de pasajeros que ocupaban el vagón a ese joven”.
Dicha reacción -recalca el fallo- “obedeció a cómo iba vestido aquél y a que en la camiseta se hacía alusión al colectivo homosexual”. La víctima no dijo nada y se cambió de asiento, desplazándose hasta la otra punta del vagón. Los homófobos le siguieron hasta allí y continuaron con las mofas.
Se mofan y le pegan
Primero se rieron de la víctima por el lema de una camiseta, después lo golpearon en las escaleras de Urquinaona
El metro llegó a la estación de Urquinaona. El joven bajó y esas tres personas le siguieron. La víctima ya no llegó a las escaleras.
“El menor de edad le propinó un fuerte golpe en el cuello que le hizo caer al suelo y en ese instante, el otro acusado, obrando con igual intención de menoscabar la integridad física del agredido y encontrándose éste tirado en el suelo, le propinó una primera patada»
Después llegaron, reza este fallo, «una sucesión de patadas y de puñetazos, que de manera indistinta le fueron propinados por los dos jóvenes”. La víctima tardó más de tres meses en sanar de las heridas sufridas.
Este juicio se dijo, en su día, marcó que marcó «un antes y un después» en el camino de estas agresiones homófobas en el transporte público. En este caso el Ayuntamiento de Barcelona y a la Generalitat se personaron como acusación particular. La víctima se sintió, en todo momento, arropados.
