Público/DANILO ALBIN.- El Movimiento Católico Español ha llamado a sus militantes a concentrarse en el Valle de los Caídos y en la Plaza de Oriente para homenajear a Franco. Es el primer acto de exaltación de la dictadura tras la entrada en vigor de la nueva normativa.
La exaltación franquista vuelve a las calles de Madrid. El próximo 20 de noviembre, los defensores de la dictadura sacarán nuevamente sus banderas para homenajear a Franco en un nuevo aniversario de su muerte. Esta vez, el mitin implicará un desafío a la democracia aún mayor que otros años: no en vano, se trata del primer acto público de apología franquista tras la aprobación de la nueva Ley de Memoria Democrática.
El acto principal del 20N tendrá lugar en la Plaza de Oriente, territorio mítico de la ultraderecha franquista y escenario habitual de este tipo de mítines. Allí se concentrarán los seguidores y simpatizantes de la dictadura en respuesta al llamamiento efectuado por el Movimiento Católico Español (MCE), una organización consagrada a la exaltación franquista.
El mitin ha sido oficialmente convocado para protestar «contra la Ley de Memoria Democrática», mientras que en el cartel aparecen sendas imágenes de José Antonio Primo de Rivera y Francisco Franco. En este tipo de mítines los miembros del MCE homenajean sin tapujos al régimen y reivindican la figura del dictador.
La nueva Ley de Memoria califica como infracciones muy graves –castigadas con sanciones de entre 10.000 y 150.000 euros– aquellas «convocatorias de actos, campañas de divulgación o publicidad» que «inciten a la exaltación personal o colectiva, de la sublevación militar, de la guerra o de la dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial», en las que se produzca «descrédito, menosprecio o humillación» hacia las víctimas del franquismo.
Este apartado de la nueva normativa enfrentará su primera prueba práctica con el acto del MCE en Plaza de Oriente. «Lo primero que tendrá que hacer el Gobierno a través del secretario de Estado de Memoria Democrática será, una vez celebrado el acto, analizar qué se ha dicho y qué se ha hecho, y entonces decidir si es perceptible de sanción», explica a Público Joaquín Urías, exletrado del Tribunal Constitucional.
El jurista advierte que «lo que está prohibido es el enaltecimiento» de la dictadura y la «humillación de las víctimas». Por ello, «habrá que ver qué se dice y qué se hace» en este primer mitin franquista del 20N tras la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática.
Los actos empezarán un día antes, el sábado 19, con sendas visitas al Valle de los Caídos y al panteón de Franco en el cementerio de Mingorrubio, donde también homenajearán al dictador. El MCE reivindicará además al falangista José Antonio Primo de Rivera, cuya exhumación del Valle de los Caídos se hará efectiva al calor de la nueva normativa en materia de memoria.
«La Delegación de Gobierno en Madrid debería tomar las medidas oportunas para vigilar que durante el desarrollo del acto no se lleven a cabo acciones de exaltación de la dictadura y sus dirigentes o que supongan una humillación a las victimas del franquismo. En el caso de que detecten que se están llevando a cabo dichas acciones, paralizar el acto inmediatamente», advierte Eduardo Gómez, abogado especializado en Derecho Penal y miembro de Red Jurídica.
Falangistas con antorchas
Los falangistas también saldrán a la calle para reivindicar a Primo de Rivera. Lo harán el sábado 19 con una misa, un «acto político» conjunto entre las dos marcas falangistas de extrema derecha (La Falange y Falange Española de las JONS, antes enemigas y ahora aliadas) y una manifestación con antorchas que acabará en el Valle de los Caídos.
«La ley de memoria democrática es un insulto a la historia. Claramente formada para, como bien recalcaron sus creadores, reescribir los hechos que ocurrieron. Es una constante manipulación, guiada solo por un indigno revanchismo», sostiene La Falange.
El líder de este partido, Manuel Andrino, es uno de los ultraderechistas condenados por el asalto al centro cultural Blanquerna en septiembre de 2013. El jefe falangista, al igual que otros condenados por este caso, está hoy en tercer grado.
A finales de octubre pasado, La Falange envió una delegación a Roma para participar en los actos de homenaje a Benito Mussolini en el centenario de su ascenso al poder. Su próximo objetivo será pasearse con antorchas hasta el Valle de los Caídos, territorio sagrado para la ultraderecha.