Marea/Miquel Ramos .- Ni la familia ni el abogado de Palomino han sido notificados sobre el permiso de salida. El condenado, en la cárcel desde 2007, no ha abonado la responsabilidad civil correspondiente.
El exmilitar neonazi Josué Estébanez mató en 2007 a un menor antifascista en el metro de Madrid. Fue condenado a 26 años de prisión por asesinato por motivos ideológicos e intento de homicidio. Instituciones penitenciarias le ha concedido su primer permiso, que coincide con el 15º aniversario del crimen y con varios actos previstos para este fin de semana para homenajear a la víctima.
Amigos y familiares de Carlos Palomino llevan meses preparando las jornadas que se celebrarán esta semana para recordarlo. Faltan dos días para el aniversario del crimen y, para este mismo viernes, hay prevista una manifestación en Madrid. Carlos fue asesinado en el metro de una puñalada en el corazón cuando tan solo tenía 16 años, hace exactamente 15 años. El asesino lleva desde 2007 preso. Ahora, tras haber cumplido poco más de la mitad de su pena, Instituciones Penitenciarias acaba de concederle su primer permiso, de cinco días.
Ni la familia de la víctima ni su abogado han sido notificados sobre el permiso de salida del asesino para que presenten alegaciones, como sí ocurrió en anteriores ocasiones cuando el condenado solicitó también otros permisos. La información ha llegado a través de una llamada de la policía a un testigo protegido del caso. El asesino tampoco ha abonado la responsabilidad civil correspondiente, algo que no ha sido tenido en cuenta para concederle el permiso para salir en libertad.
Familiares y amigos de Carlos consultados por lamarea.com afirman que se trata de una provocación y una falta de respeto, y han llamado a participar masivamente en los actos previstos para estos días. Hasta el momento, Instituciones Penitenciarias no ha respondido a las preguntas enviadas por este medio.
Este jueves 10 de noviembre arrancan las jornadas, que se celebran cada año en estas fechas, con una charla sobre la lucha contra los grupos nazis que protagonizaron los jóvenes afroespañoles durante los años 90, que coincide con el aniversario también en los próximos días del asesinato racista de Lucrecia Pérez en 1992. El viernes 11, día del aniversario del asesinato de Carlos, hay convocada una gran manifestación que terminará en la estación de metro de Legazpi, donde sucedieron los hechos. El sábado se realizarán diversas charlas con familiares y amigos de otras víctimas mortales de los grupos neonazis de otros países, en las que participarán personas llegadas desde Francia, Alemania o Italia.
Josué se dirigía a una manifestación racista del partido neonazi Democracia Nacional cuando se encontró con Carlos y sus amigos en el metro de Madrid, un domingo por la mañana. No intercambiaron palabras. El militar, que entonces tenía 23 años, arremetió contra el menor de edad asestándole una puñalada mortal en el corazón, e hiriendo a varios de sus amigos, uno de ellos de gravedad. El juicio se celebró dos años después, envuelto por múltiples movilizaciones antifascistas, y fue el primer caso en el que se logró que se aplicase el agravante por discriminación ideológica a un crimen neonazi.
Sin embargo, los neonazis no han dejado de reivindicar al asesino como un héroe, y de verter burlas e insultos hacia la familia y los amigos de la víctima con total impunidad. Incluso desde Nueva Zelanda, donde Brenton Tarrant, el terrorista neonazi que asesinó a 52 personas en dos mezquitas en 2019, puso el nombre de Josué a uno de los cargadores de munición que usó en la matanza.
Está por ver si Josué, tras 15 años entre rejas, reivindica el papel de héroe que le han otorgado sus antiguos compañeros por matar a un menor de edad, o se desentiende por completo de este entorno, cuyas ideas y cuyo odio lo llevó a prisión. A estas horas, Josué está en la calle hasta que termine el permiso concedido, cuando deberá volver al centro penitenciario de Villabona, Asturias.