EL PAÍS.- Varios seguidores del Atlético de Madrid que portaban bufandas y banderas del Frente Atlético fueron fotografiados en Turín, durante el partido que su equipo empató con la Juventus (0-0), mientras realizaban saludos fascistas. Ese tipo de expresiones están prohibidas explícitamente por la UEFA, cuyo delegado en el campo tiene 48 horas para notificar el incidente. Si lo hace, el organismo que rige el fútbol europeo abriría un expediente por el que podría sancionar al club español, no a los aficionados. Como el conjunto del Manzanares no ha sido castigado nunca por lo que la UEFA entiende como exaltación del nazismo, se enfrentaría a un cierre parcial del Calderón.
Tras la muerte de Francisco Romero Javier Taboada, ultra del Deportivo de la Coruña fallecido durante la batalla campal que enfrentó a los Riazor Blues con el Frente Atlético en los aledaños del Calderón, el club del Manzanares anunció la expulsión de este último grupo como peña oficial. El Frente Atlético ya no tiene cabida en el Vicente Calderón, aunque su presencia en Turín vuelve a subrayar las dificultades a las que se enfrentan los clubes para controlar los accesos a sus estadios: mientras hacían el saludo nazi, los ultras se hacían acompañar por una bandera del Frente, sin ocultar en ningún momento su afiliación. Hasta Italia se desplazaron al menos una decena de miembros del ala Escuadrón Rojiblanco, que se declara antimadridista, presume de su enfrentamiento con los Biris (los radicales del Sevilla).
A través de Twitter, los miembros del grupo que viajaron a Turín dieron su versión del incidente: “Solo aclarar que la bandera y las bufandas de ER no eran ofensivas para la seguridad del estadio, fueron revisadas por los Steward [agentes de seguridad]”, escribieron. “La bandera se quitó antes del comienzo del partido ya que así no lo traslado nuestra propia seguridad. Prensa manipuladora”.