El ultra coruñés fallecido fue golpeado por el Frente Atlético y lanzado al Manzanares. Los bomberos lo sacaron en parada cardiaca.
J. PRECEDO / P. ORTEGA DOLZ. EL PAÍS.- Dos manadas en avalancha chocaron este domingo a las 8.49 en Madrid Río, a la orilla del Manzanares. De un lado, un centenar de Riazor Blues, la sección radical del Deportivo de La Coruña. Hacia ellos, avanzando al trote, más de 150 miembros del Frente Atlético. La mayoría, equipados con bates, barras metálicas y puños americanos. Quienes no iban armados cargaron sillas metálicas de una terraza cercana. Cuando estuvieron a unos 20 metros, primero llovieron bengalas y petardos entre los dos bandos. Tras un minuto largo de fuegos artificiales empezó el cuerpo a cuerpo: puñetazos, patadas y también navajazos. Los aficionados gallegos, en minoría, huyeron en estampida. Pero varios se quedaron atrás.
A las 8.52, según la grabación de un videoaficionado, una docena de radicales rojiblancos lanzaron por encima de la barandilla a uno de los rezagados, que logró salir a nado del río tras caer desde cinco metros de altura. Otros componentes del mismo grupo repitieron la maniobra un minuto más tarde con Francisco Javier Romero Taboada, un ultra coruñés que resistió segundos agarrado al pasamanos. Recibió golpes y palos en todo el cuerpo hasta que se soltó. Desde el agua suplicó socorro durante una media hora larga intentando mantenerse a flote y trepar por la pared, según un taxista que presenció la escena. Varios transeúntes increparon a uno de los escasos agentes de Movilidad presentes en la zona por no tirarse a por él mientras los enfrentamientos continuaban en las dos orillas del Manzanares. Según esta fuente, el guardia explicó que esperaba refuerzos. En unos 15 minutos llegaron más patrullas municipales y enseguida también agentes del Cuerpo Nacional de Policía, que empezaron a detener aficionados a la carrera. Más tarde, los bomberos, con una escalera para sacar al herido del agua.
Cuando por fin entró en la ambulancia del Samur estaba en parada cardiorrespiratoria, con traumatismo craneoencefálico y síntomas de hipotermia. “Clínicamente muerto”, según el diagnóstico de una fuente oficial. La defunción tardó aún varias horas en certificarse. Romero Taboada, Jimmy en la grada del fondo de Riazor, viejo conocido de la policía coruñesa, tenía 43 años, esposa y dos hijos: una joven de 19 años y un niño de cuatro.
La batalla deja un parte de 10 heridos, tres por arma blanca, 21 detenidos, 30 personas identificadas y multitud de puntos de sutura. Entre los arrestados hay dos miembros de Bukaneros, la sección radical del Rayo Vallecano, ideológicamente afín a los Riazor Blues (ambos de extrema izquierda) y enfrentados al Frente Atlético, donde abundan los neonazis.
En la zona había sangre por todas partes, según detalló a EL PAÍS un agente que participó en la intervención. Entre los últimos arrestados, llegó a la comisaría directo del hospital un radical coruñés con una puñalada en la espalda. Los interrogatorios seguían anoche. La policía pidió una orden judicial para intervenir los teléfonos de los detenidos y comprobar cómo de premeditado fue el enfrentamiento de dos aficiones irreconciliables.
La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, aseguró que la tragedia podría haberse evitado si la Comisión Nacional Antiviolencia, adscrita a los ministerios de Interior y Cultura. hubiese calificado el partido como de alto riesgo, porque eso multiplicaría por diez el número de agentes desplegados en los aledaños del estadio (unos 150) y escolta policial a los ultras desde fuera de Madrid. Antiviolencia alegó que no tenía noticias de la llegada de 200 radicales coruñeses al Calderón.
Con el aficionado gallego agonizando, los jugadores saltaron al césped sin que se sepa muy bien por qué. La Liga de Fútbol Profesional emitió un comunicado en el que expuso su “firme” intención de suspenderlo con el acuerdo de ambos equipos. Pero alegó que la última palabra fue de la Federación Española de Fútbol.
El desorden en la gestión de la crisis dejó paso a la unanimidad habitual en los rituales de condena. El ministro de Educación, José Ignacio Wert, lamentó la reyerta mortal como “esas cosas que no queremos ver en el deporte”. El comunicado del Atlético censuró “el incidente”, cuando ya se sabía de la muerte clínica del seguidor deportivista, al que no aludía. La Peña Biris, los radicales del Sevilla, rival acérrimo del Frente Atlético, expresó su solidaridad con la hinchada coruñesa y clamó “Justicia para Jimmy”. Unos cuantos radicales del Dépor intentaron tomársela por su mano atacando por la tarde la sede de una peña atlética de la ciudad gallega.