El Mundo.- Declara como perjudicado junto a su mujer en el procedimiento judicial por los mensajes contra la familia en redes sociales después de trascender que su hijo recibiría el 25% de castellano.
Hasta este lunes Javier Pulido, padre del alumno de la escuela Turó del Drac de Canet de Mar (Barcelona) que fue acosado por las redes sociales por el independentismo reclamar y conseguir el 25% en castellano, había mantenido un estricto anonimato para evitar que su exposición a la opinión pública afectase a su familia. Sin embargo, hoy ha decidido romper su silencio tras salir de declarar, junto a su esposa, como perjudicado en el procedimiento abierto en el Juzgado de Instrucción 12 de Barcelona contra cuatro usuarios de Twitter que enviaron mensajes amenazantes contra el menor.
«Hemos venido al juzgado a prestar declaración como afectados por el acoso que sufrimos en diciembre pasado», ha explicado el padre, ya que es cuando trascendió que la escuela aplicaría el 25% ordenado por el TSJC, y ha añadido que han decidido presentarse «como acusación particular» en la causa para que «no quede impune» este acoso. Considera que «no es normal» que se sientan perseguidos por reclamar el bilingüismo en las aulas y cree que «las personas tenemos que perder el miedo para reclamar nuestros derechos».
«Al final esto es un caso más de los que hay y lo que pretendemos es que no queden impunes. Estas cosas que se hacen en la red parece que no duelen, pero en la realidad hace mucho daño. Queremos perseguirlos para que no pase más veces esto», ha dicho el padre, quien ha animado a todo el mundo a acudir a la manifestación del próximo domingo convocada por la Escuela de Todos en Barcelona a favor de la educación en catalán y castellano: «Animo a todos los que consideren que debemos perder el miedo en la calle, a decir las cosas que uno piense y a reclamar sus propios derechos». Y ha finalizado con un «levántate para tus derechos» antes de añadir que «estamos un poco dolidos» por la situación actual en la que su hijo ha vuelto a recibir clases en catalán por orden de la Generalitat, saltándose la orden del TSJC.
DENUNCIA DE LA FISCALÍA
El Juzgado de Instrucción número 12 de Barcelona investiga una denuncia de la Fiscalía contra cuatro usuarios de la red social Twitter que enviaron mensajes como «colonos no integrados y terroristas», «fascista», «han de vivir un infierno mediático», o que se debe «hacer la vida imposible a la familia», en referencia al matrimonio de Canet de Mar y a su hijo de cinco años que pidieron la escolarización en castellano en la escuela Turó del Drac. Algunos de estos mensajes todavía se pueden ver.
La Fiscalía cree que fue «un movimiento de respuesta hostil» de varios usuarios que, «de forma simultánea y coral desde diferentes puntos de Cataluña, difundieron en sus respectivas cuentas expresiones humillantes e hirientes contra la citada familia», Los cuatro investigados están acusados de un delito contra los derechos fundamentales por lesionar la dignidad por motivos discriminatorios. Dos de ellos no quisieron declarar y los otros dos aseguraron que se trataba de un ejercicio de libertad de expresión dentro del debate político por la aplicación del 25% en las aulas y que en ningún momento querían ir contra la familia.
La denuncia de la Fiscalía remarca que «la extensión actual de las nuevas tecnologías al servicio de la comunicación, de las que se sirvieron los denunciados, intensifica de forma exponencial el daño de afirmaciones o mensajes que, en otro momento, podían haber limitado sus perniciosos efectos a un reducido y seleccionado grupo de destinatarios». Por eso, señala que con las redes sociales los «efectos nocivos» de estos mensajes «se ven multiplicados por su masiva e indiscriminada difusión» y que «la incorporación de los mensajes vejatorios como los publicados por los denunciados en redes telemáticas con vocación de perpetuidad comporta inexorablemente la pérdida del control sobre su zizagueante difusión» ya que se puede «multiplicar su impacto» con «sucesivos y renovados actos de transmisión» que «incrementaron de forma exponencial su efecto vejatorio y humillante u como consecuencia de ello el sufrimiento de las víctimas».
La presión mediática sobre la familia del alumno en diciembre pasado hizo que el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya instase al conseller de Educación y a la dirección del centro escolar a que adoptasen las medidas necesarias para preservar su intimidad. Hoy, el padre ha decidido dar la cara para reclamar sus derechos sin miedo.