El rechazo a una persona sorda por usar la lengua de signos pasa a considerarse un motivo de discriminación por ley.

, , | 1 agosto, 2022

La Vaguardia/Agencias.- La Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) celebró este lunes que la Ley Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación (Ley 15/2022 de 12 de julio) reivindique los derechos lingüísticos de las personas sordas por ser «una medida ejemplar que viene a ampliar el marco de protección para nuestro colectivo”.

Así lo puso de manifiesto el presidente de la CNSE, Roberto Suárez, en referencia a esta nueva ley aprobada el pasado 12 de julio.

A efectos de prevenir y erradicar cualquier situación de desventaja, la nueva norma, además de la discapacidad, contempla la lengua como causa directa de discriminación. Con ello, se obliga a garantizar el acceso a información y asesoramiento de las personas con discapacidad a través de formatos accesibles y comprensibles, y se reprueba el rechazo de adaptaciones o modificaciones que promuevan la participación y disfrute de todas las personas sin excepciones. “Se trata tanto de poder acceder en lengua de signos, o con los recursos que cada persona sorda necesite, a la información y a la comunicación y a la vida en comunidad, como de que las personas sordas que nos comunicamos en lengua de signos no seamos discriminadas por ello”, destacó Suárez.

Otro aspecto importante de esta ley integral es su ámbito objeto de aplicación. Al tratarse de una ley transversal, alcanza a todos las esferas de la vida política, económica, cultural y social. De este modo, cualquier política pública sobre empleo, afiliación y participación, educación, sanidad, prestaciones y servicios sociales, acceso a bienes y servicios a disposición del público, vivienda, y medios de comunicación y publicidad, deberá contemplar también a las personas sordas. “La igualdad de trato y la no discriminación no admite exclusiones”, apuntó el presidente de la CNSE. “No es cuestión de privilegios o de mayorías, como tampoco depende de tu discapacidad, de tu capacidad para oír o para hablar, o de la lengua en la que te comuniques, sino que es un derecho inherente a todas las personas”, agregó.

Por último, Suárez se mostró confiado en que la nueva ley contribuya a fortalecer un marco jurídico que apoye la promoción de las lenguas de signos como garante del ejercicio de los derechos de las personas sordas. El uso de la lengua de signos española y la lengua de signos catalana es determinante para asegurar nuestra participación en cualquier ámbito”, recordó, y avisó de que “no permitiremos que se queden al margen”.

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