«Estoy harto de ver la acera llena de gente y saber que la Policía me va a parar a mí»

, | 19 mayo, 2022

El Periódico/Gónzalo Sánchez.- Mor Diagne, senegalés afincado en España, denuncia los cacheos y paradas policiales cotidianas basadas en su color de piel | Asociaciones como València Acull llevan documentando esta realidad más de una década.

Mor Diagne lleva más de media vida en València. Su mujer es española y su hija también. Pero a él la Policía no para de pararle. Se levanta a las cinco para ir a trabajar, y cada dos o tres días le toca control. «Enseña toda la documentación, los papeles, quítate las botas por si llevas algo y abre el maletero». «Molesta mucho levantarse temprano y saber que seguramente la Policía te va a retener un rato solo por tu color de piel», cuenta.

Aunque «no todos los policías son iguales y no hay que generalizar» remarca que «muchos te ven y piensan que tienes algo malo o el coche no es tuyo. Solo por tu color de piel». Cada semana le paran, cada semana le hacen quitarse las botas y abrir el maletero «aunque ya les hayas enseñado los papeles y que el coche es tuyo», lamenta.

Es la realidad que llevan denunciando personas racializadas y asociaciones como València Acull durante décadas, la de las identificaciones policiales por perfil racial. Pese a que Mor tenga la documentación en regla desde hace años, no paran de pararle. «Ayer (por el martes) se portaron bien conmigo, les di mi documentación y adelante. Pero hace poco me pararon un buen rato en la calle, y cuando una chica se acercó a preguntar por qué motivo me habían retenido a mí el policía se cabreó», cuenta. «Estoy harto de ver la acera llena de gente y saber que al que me van a parar es a mí».

Diagne lleva décadas en España y es una situación que ha llegado a normalizar, pero explica que «me preocupa muchísimo que a mi hija, cuando crezca, también la parenYo no quiero que mi hija viva eso. Cada día lo pienso, que ojalá no la estén parando para ver si tiene documentos solo por su color de piel», denuncia.

«Una vez iba por la calle y mi mujer y su prima iban por delante. A mí se me ocurrió darles un susto y me acerqué a ellas por detrás. Justo paró un coche al lado y dos secretas me pusieron contra la pared y sacaron la porra. Pensaban que les querría robar o algo ¡Pero era mi mujer! Aún así me cachearon, les tuve que dar todos los documentos y quitarme las botas. Mi mujer se llevó un susto de muerte», recuerda.

Diagne vive en el barrio de Orriols, en València, y sabe que «mandan a la policía a patrullar a determinados barrios solo para parar a los que tienen pinta de extranjeros. Se ponen en la esquina de la calle para ver quien pasa y en función de tu aspecto te paran o no, todavía existen las redadas racistas y llevamos mucho tiempo luchando contra eso», denuncia.

«Buenos días, documentación por favor»

Los hermanos colombianos D.P y J.C iban a coger el autobús el 1 de febrero de 2022 a las 09:45 para ir a vacunarse cuando una pareja les paró. «Buenos días, documentación por favor. Somos de la secreta». Mostraron la placa y los hermanos el pasaporte que llevaban encima. Escucharon que uno de ellos había solicitado asilo, así que les retuvieron la documentación, los subieron al coche y los llevaron a la comisaría de Paterna. Allí, un funcionario les dijo que iban a verificar sus antecedentes y en ese caso saldrían rápido. Salieron a los 20 minutos. A la pregunta de si podían llevarles de nuevo a València respondieron que no, que cogieran el bus.

La parada provocó que llegaran tarde a la vacunación, y en comisaría les hicieron firmar un documento de salida obligatoria del país en 5 días. Un documento que no va firmado por ningún funcionario identificable, y como explican, tampoco tuvieron acceso a asistencia letrada. Así lo narran los afectados a la onegé València Acull, por una de las tantas situaciones similares que la entidad ha denunciado a lo largo de los años. En este caso, denuncian que el procedimiento fue «anómalo, ya que no se puede incoar una salida directa del país sin y podríamos estar ante un fraude de ley». Por este motivo, la asociación puso una nueva queja al Defensor y una reunión con Delegación del Gobierno.

En esa reunión con el responsable de la Brigada de Extranjería de Paterna, justificaron que la policía de esta otra localidad se desplazara a València porque «iban a realizar una diligencia por una orden de captura». Aseguraron que los policías habían detenido a «dos personas en actitud sospechosa de ir a hurtar la cartera a una tercera persona, por lo que los identificaron y se los llevaron retenidos al carecer de permiso de residencia».

El responsable de la Brigada hizo referencia a una supuesta instrucción «que les obliga a proponer directamente la salida obligatoria a quienes no tienen autorización para permanecer en España». Pese a esto, tanto la Policía como el subdelegado del Gobierno reconocieron que este caso había sido «mal notificado» y archivaron las dos notificaciones de salida del país.

València Acull tildó esta situación como «una clara identificación racista» y recordó que, como ha contado este diario, en los últimos años agentes de la comisaría de Paterna han cometido diversas irregularidades contra personas extranjeras. En 2019 detuvieron a una mujer boliviana de 65 años y fue encerrada en los calabozos a la espera de ser deportada, ella llevaba 17 años viviendo en València, donde nacieron sus tres nietos. A finales de 2020, también icoaron sanciones por estancia irregular y «humillaron» a tres madres que fueron a obtener los DNI para sus bebés en esta comisaría.

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