La Vanguardia, Javier Ricou.- Varios colegios toman medidas tras destaparse casos de escolares a los que sus compañeros culpan de esta guerra.
La hija de Evgenia tiene siete años. Días atrás la niña llegó llorando a su casa. En la escuela (un centro público de Barcelona) varias de sus compañeras se metieron con ella. “Los rusos sois muy malos, estáis matando a gente”, le dijeron sus amigas de clase. Lo cuenta ahora a La Vanguardia Evgenia. Esta mujer, casada con un español, vive en Barcelona desde hace diez años. En esta ciudad ha nacido su hija, una niña que no entendía nada al convertirse en diana, de un día para otro, de mensajes de odio proferidos por sus propias compañeras de clase. “Jamás le había pasado nada igual y por eso estos ataques le afectaron mucho”, revela su madre.
Esta mujer no dejó pasar ni un minuto y al día siguiente fue a ver a la directora del colegio. “No hemos visto nada, ni sabíamos nada”, me dijeron. Ese acoso o rusofobia infantil (para ser más precisos) fue infligido a la hora del patio. Los profesores no se enteraron. “Pero sí reaccionaron con premura –reconoce la madre de esta niña– ya que al día siguiente esas niñas que acosaron a mi hija (saben que yo soy rusa), le pidieron disculpas”. El centro tomó nota de la denuncia de la madre y montó una charla con esas escolares para explicarles que esa niña no tiene ninguna culpa de la invasión rusa a Ucrania. No ha habido, esa es la buena noticia, más insultos ni ataques.
“Mi hija tiene solo siete años; llegó llorando a casa y no entendía nada; ‘sois muy malos’ le dijeron sus amigas”
El caso de la hija de Evgenia no es un episodio asilado. Esta vecina de Barcelona revela que a hijos con padres o madres originarios de Rusia “les ha pasado lo mismo estas últimas semanas”. Y esos colegios también han tomado nota para que estas situaciones no se repitan. Evgenia apunta que la culpa de este acoso a esos escolares por sus compañeros “no es culpa de los niños; ellos solo repiten lo que escuchan en sus casas”.
En la Casa Rusa de Barcelona el relato de Evgenia no sorprende. “Esto está pasando en otras escuelas de la ciudad y todo es muy triste”, afirman desde ese centro, constituido como una fundación cultural. Esa rusofobia traspasa, además, las paredes de los recintos escolares. La madrugada de ayer en la fachada de la Casa de Rusia en Barcelona autores desconocidos (eso ya lo investigan los Mossos) pintaron esta frase: “Russia mata infants” . Este fin de semana la Casa de Rusia de Marbella amaneció con pintadas de esvásticas y la “Z”, letra que los militares rusos estampan en sus tanques.
La portavoz de la Casa de Rusia de Barcelona revela que reciben llamadas con amenazas. El centro ha suspendido todas sus actividades lúdicas para que quede claro que empatizan con el drama padecido por los ucranianos. Estos ataques se sufren, en la mayoría de casos, en silencio. Muchos ciudadanos rusos afincados en España a los que han pinchado las ruedas de sus coches o dejado mensajes amenazantes en los parabrisas no denuncian, se afirma desde el entorno de la colonia rusa que vive en este país.