DW.- Un francoruandés es acusado de «complicidad» en el genocidio de tutsis en 1994 en Ruanda, en donde fueron asesinadas unas 800 mil personas. Un informe reconoce la «abrumadora responsabilidad» de Francia.
El proceso, cuya duración prevista es de un mes, es el primero en Francia contra un hombre corriente. Claude Muhayimana, de 60 años, es el primer civil acusado en Francia que no era funcionario o militar. Muhayimana era en 1994 chófer del hotel Guest House en la región de Kibuye (oeste de Ruanda). El hombre, que compareció libre, se enfrenta a la cadena perpetua por «complicidad» en un genocidio y crímenes contra la humanidad, al haber ayudado «conscientemente» a los asesinos transportándolos a los sitios de la masacre.uhayimana era en 1994 chófer del hotel Guest House en la región de Kibuye (oeste de Ruanda). El hombre, que compareció libre, se enfrenta a la cadena perpetua por «complicidad» en un genocidio y crímenes contra la humanidad, al haber ayudado «conscientemente» a los asesinos transportándolos a los sitios de la masacre.
El genocidio, desencadenado por el atentado contra el avión del presidente hutu Juvenal Habyarimana el 6 de abril de 1994, alcanza rápidamente la región de Kibuye, donde se producen matanzas a partir del 15 de abril. Gendarmes, milicianos hutus Interahamwe, civiles armados marchan al grito de «¡exterminémoslos!». Matan a decenas de miles de tutsis refugiados en una escuela, una iglesia, un hotel o en colinas próximas.
Estos milicianos fueron el principal brazo armado del genocidio contra la minoría tutsi, que el régimen extremista hutu organizó y que dejó más de 800.000 muertos de abril a julio de 1994.
«Todos los eslabones del crimen son importantes”
Muhayimana se refugió en Francia, donde obtuvo la nacionalidad en 2010. Cuatro años después fue detenido en Ruán (noroeste), donde sigue trabajando para el ayuntamiento en el mantenimiento de las calles. El Colectivo de Partes Civiles para Ruanda lo denunció en 2013. «Hay decenas de testimonios coincidentes sobre su transporte a los lugares de las masacres», según el abogado del CPCR, Alexandre Kiabski.
Pero para Philippe Meilhac, su defensor, «se trata de un hombre corriente (…), que no tenía ninguna autoridad civil, militar o religiosa», agregó a la prensa antes del juicio. Sin embargo, Alain Gauthier, cofundador del CPCR, rechaza hablar de «peces grandes o pequeños». «Todos los eslabones del mecanismo (…) son importantes», según Richard Gisagara, otro abogado de partes civiles. La investigación evocó una personalidad ambigua. Testimonios aseguran que salvó a tutsis, pero la acusación dice que también buscó presionar a testigos.
El proceso llega en pleno acercamiento entre París y Kigali, tras la publicación meses atrás de un informe de historiadores que reconoce la «abrumadora responsabilidad» de Francia en el genocidio de 1994. Los dos precedentes juicios en Francia se saldaron con una condena a cadena perpetua contra dos antiguos alcaldes en 2016 y a 25 años de prisión contra un ex capitán del ejército en 2014.